Lo que parecía imposible se ha hecho realidad. TVE, que durante los últimos años ha ido perdiendo, paso a paso, los derechos televisivos de los más grandes acontecimientos deportivos empezando por la Champions y terminando por el Mundial de F-1, ha tirado la casa por la ventana para impedir que el Mundial de motociclismo, en el que España posee dos campeones del mundo, Alvaro Bautista (Aprilia, 125cc) y Jorge Lorenzo (Aprilia, 250cc), fuese a parar a las sedientas manos de la Cuatro, cuya oferta, acompañada de todo el apoyo del grupo PRISA desde el diario El Pais hasta la SER, pasando por los 40 Principales y el diario deportivo As , se antojaba inigualable.

TVE, que en las próximas semanas prescindirá de 4.150 de sus trabajadores, ha decidido abonar casi cuatro veces más de lo que pagaba hasta ahora por el mismo acontecimiento. TVE y Dorna, la empresa organizadora, alcanzaron ayer, finalmente, un acuerdo para los próximos cinco años. Aunque ninguna de las dos partes quisieron hablar de números, todo parece indicar que TVE pagará alrededor de 24 millones de euros (3.993 millones de pesetas) por temporada, lo que significa, aproximadamente, cuatro veces más de los 6 millones de euros que pagaba hasta la fecha por Mundial. Esos 24 millones de euros son, únicamente, algo más de los 20 millones de euros que Antena 3 pagó por la Champions League.

La cifra, que algunas fuentes consultadas por este diario consideran poco menos que "irrecuperables" por TVE, solo se entiende por el desprestigio que hubiese significado para la cadena perder el único gran acontecimiento deportivo que le queda, al margen de algunos de los partidos de la selección española de fútbol o el de Roland Garros.

DESPLIEGUE PRIVADO

Cuatro se había comprometido, no solo a pagar también cerca de 24 millones de euros, sino a tratar las motos en todos sus programas, en un intento de imitar el despliegue que Tele 5 hace con la F-1. Todo parece indicar que TVE se ha comprometido a convertir el Mundial de motos en una de sus principales prioridades, no sólo en las transmisiones, sino a lo largo de toda su programación y, muy especialmente, durante las 18 semanas de cada uno de los grandes premios.