El polígono de La Uva, en el madrileño barrio de Hortaleza, fue en las postrimerías del franquismo un poblado de absorción para familias que vivían en chabolas. Hoy, rodeado de altos edificios, semiderruido y prácticamente abandonado, se ha convertido en poco más que una reliquia del pasado, que las huestes televisivas han reavivado para situar en sus calles la acción exterior de la serie El síndrome de Ulises , que produce Ficción TV --del Grupo Zeta-- para Antena 3 TV y que se estrenará el próximo otoño.

Bajo ese título un tanto enigmático, se esconde en realidad uno de los males mentales más modernos, recién descubierto por los psiquiatras y común entre los inmigrantes. Se caracteriza por el estrés crónico que padece quien sale de su país para vivir en otro que le resulta totalmente desconocido y ajeno.

El Ulises de la serie es el actor Miguel Angel Muñoz, y aunque sienta nostalgia del mundo perdido, sus problemas no serán, precisamente, los de un inmigrante. "Mi personaje es un poco pijo"--cuenta el actor, mientras espera en un bar cercano al lugar del rodaje a que llegue la hora del maquillaje--. Viene de una familia adinerada, ha estudiado medicina en EEUU, y por problemas familiares, entre los que se incluyen su boda, se ve obligado a ganarse la vida por sí mismo y encuentra trabajo en el centro médico de un barrio marginal".

El ya famoso síndrome le llega al Ulises de la serie cuando descubre que su vida de privilegiado se ha hundido y se ve inmerso en un mundo desconocido en el que se mezclan la inmigración, la miseria y sus consecuencias. "Al principio, está absolutamente desconcertado y desubicado, añora a la familia y todo lo que ha dejado detrás, pero las nuevas vivencias a las que se enfrenta también le meten en un proceso de aprendizaje continuo y en un enriquecimiento extraordinario como persona", comenta Muñoz.

Con 36º en los termómetros, el equipo de El síndrome de Ulises prepara el rodaje del primer plano de la tarde. El director ensaya diversos emplazamientos de cámara y sus ayudantes dan instrucciones a los figurantes, que colaboran en la escena jugando al dominó en una mesa del bar que regenta Gloria, una transexual a la que da vida Carla Antonelli, transexual también ella misma y exresponsable del área de transexualidad del PSOE.

ROMPER ESTEREOTIPOS

El síndrome de Ulises es la primera producción española que cuenta en su reparto con una actriz que ha cambiado de sexo. "A mi personaje se le da un tratamiento correctísimo, que rompe todos los estereotipos y presenta la imagen de una mujer transexual con una vida normalizada", asegura Antonelli. No en vano, se trata de "una comedia con alto contenido social", según el productor ejecutivo Xabi Puerta.

Los actores que intervienen en la escena han terminado de repasar el diálogo con el director en una peluquería real, y Olivia Molina sale ensimismada a la calle repitiendo sus frases a media voz. La joven actriz interpreta a Reyes, enfermera en el mismo centro médico de Ulises, y comparte la escena del bar con el protagonista y con Toni Acosta, Estela, una trabajadora atractiva, astuta y poco idealista.

En ese mismo mundo extraño, también se mueven Cristobal Cabrera, un médico de familia con la cara del actor Nancho Novo; Asunción, una anciana cascarrabias a la que da vida Lola Herrera; y Rai, un mafioso gitano interpretado por Javier Muro, que pretende que Ulises sea su doctor 24 horas al día.