Quedó segunda en OT 2018, como David Bisbal, Manuel Carrasco, Pablo López y Aitana, pero ella no cree en puestos tocados por la fortuna. Solo en el trabajo. En el escenario del talent de TVE, Alba Reche (Elche, 1997) propició momentos mágicos, y en la Academia, su amistad con Natalia Lacunza se interpretó como un romance entre chicas que no saben de sexos. Acaba de publicar su primer disco Quimera, un producto muy suyo envuelto como un regalo en su voz de terciopelo.

- ‘Quimera’ es muy Alba Reche...

-Sí, he estado presente en todas las canciones en su momento de composición y producción. Y las letras son mías al 90%.

-Sobre todo ‘Niña’.

-El bebé. La única que cogí de las que escribí en la OT.

-Que se inspire en la mitología fue idea suya. Muy propio de una estudiante de Bellas Artes...

-Sí, me encanta. Me atraen, en general, las historias, los cuentos, las formas de contar y expresar...

-En ‘Aura’ dice: «Espero verte feliz, aunque sea sin mí». ¿No es eso muy generoso?

-Si sigues queriendo a esa persona, y no solo hablo de amor romántico, sino de gente con la que ya no puedes compartir tu vida como lo hacías, es la manera más sana de despedirse.

-En ‘Inanna’ reclama: «No quiero que me quieras más, quiero que me quieras bien».

-El amor romántico en el que nos han educado muchas veces parte de cosas muy insanas que acaban en situaciones extremas, como el maltrato y la violencia machista. Lo más importante a la hora de crear lazos emocionales es que sea sano.

-El disco plasma su querencia por el francés. Y eso que a los jóvenes les pirra todo lo anglófono.

-Sí, lo uso en Ares, que canto con Pol Granch, y en Lux. Me gusta mucho. En la ESO, entre informática y francés, opté por este.

-Su videoclip ha generado polémica por usar una serpiente.

-Me sabe fatal, porque vengo de un mundillo de amigos animalistas, vegetarianos o veganos, y por eso contactamos con un cuidador y buscamos que estuviese en el plató el menor tiempo posible y en las mejores condiciones. Y escogimos una serpiente albina de trigo que ya de por sí no iba a estar en su hábitat natural, porque no le conviene. Entiendo la crítica. La entiendo. Pero que se sepa la otra parte de la historia.

-¿Algún día renegará de ‘OT’?

-No, porque es una parte de mi vida. Además, un programa como OT te catapulta. Aunque a largo plazo lo importante es trabajar.

-Y demostrar que no les han regalado nada.

-Día a día siento esa presión. Tengo que valorar todo mucho más, porque hay gente que no tiene lo que tengo yo habiendo trabajado más anteriormente.

-‘OT’ no es necesariamente una fábrica de cantantes. O no más que una facultad, de periodistas.

-El ir a un talent no te asegura nada. Te ayuda, pero no te dará de comer toda tu vida.

-¿Cree en la maldición del ganador de ‘OT’?

-No creo en supersticiones. También se dice que los segundos tenemos más suerte...

-Fueron segundos David Bisbal, Manuel Carrasco, Pablo López... Y mire Aitana…

-Ha llenado un Palau Sant Jordi...

-¿Le sorprendió que la gente hubiera visto un romance entre Natalia y usted en la Academia?

-Cuando salí no entendía nada, porque no habíamos tenido una relación sentimental. Era mi amiga y punto. Pero si ha ganado visibilidad el colectivo al que pertenezco, para mí mejor que mejor. Me alegro.

-¿Ella le inspiró para ‘Niña’?

-No. Es como una despedida a la Alba de la infancia. Despídete bien de ella y perdónate. Porque uno debe vivir perdonándose por todo lo que quizá de mayor cree que podrías haber hecho mejor o de otra forma.

-¿Entró al trapo en la polémica que provocó Tinet Rubira, director de Gestmusic, al declarar qué ganan en los conciertos de ‘OT’?

-Aparte de que por contrato eso no se debe decir, desvelar el caché de un artista no creo que esté bien. Igual lo hizo sin pensar, pero no estuvo bien. Pero, como es el jefe, puede decir lo que quiera.

-Ahora participar en Eurovisión no está vinculado a estar en el ‘talent’ en el que concursó. ¿Le gustaría ir ?

-No lo sé. La Alba del futuro que se lo plantee.

-¿Y cómo ve a esa Alba del futuro?

-Espero que esté contenta con su trabajo, y que se rodee de gente, no sé si buena, pero que le aporte cosas buenas.