Isabel Serrano (Madrid, 1969) se debate entre la tristeza por haber tenido que dejar su papel de policía en la desaparecida serie de Tele 5 Acusados y la ilusión que le produce haber podido plantar el pie en una de las sagas preferidas por el público: Amar en tiempos revueltos (TVE-1). Su personaje de Adelina Sánchez, la antigua vedete que regenta una academia de baile, le ha compensado con creces el disgusto que se llevó con Acusados (Tele 5).

--¿Qué sensaciones tiene interpretando el papel de Adelina?

--Es un poco vertiginoso transitar por un personaje que tiene dentro tanto dolor y tanto miedo. Adelina es una persona que sale del miedo con huidas hacia delante. Es una mujer muy fuerte, una superviviente que renace de sus propias cenizas. Es muy bella por dentro y por fuera, porque haber superado esa crisis no le resta generosidad, humanidad ni capacidad de amar.

--Pero le resultará difícil amar en tiempos tan revueltos, ¿no?

--Efectivamente. Tiene que defenderse con uñas y dientes en un Madrid de posguerra donde una madre soltera no es admitida como una mujer limpia. Y mucho menos siendo vedete, una profesión que no se consideraba respetable. Tiene que lidiar con ello, y consigue hacerse respetar y ganarse el prestigio. Es muy inteligente.

--¿Qué siente una actriz como usted subiéndose a un transatlántico como Amar en tiempos revueltos, que tiene ya una gran audiencia asegurada?

--Siento una grandísima responsabilidad, pero eso no me amedrenta. Al contrario, me da más estímulos para mantener el nivel, e incluso mejorarlo. El equipo humano de la serie me ha puesto muy fácil subir a este transatlántico en marcha. Todo ha sido muy suave y me han acogido con mucho calor.

--¿Ha asistido a clases de baile para hacer mejor de Adelina?

--Yo empecé como bailarina hace ya unos años. Lamentablemente, lo tuve que dejar porque tengo una lesión en la pierna izquierda. Pero donde hubo siempre queda: cuando me marcan algún paso, lo refresco y no me cuesta tanto trabajo.

--¿Cuál es el secreto del éxito de esta serie?

--Pues que mucha gente se siente identificada con lo que pasa en ella y, además, está muy bien hecha. Se ve una gran trabajo de ambientación: los decorados, el vestuario, la peluquería, la dirección de actores... La gente que la ve se engancha enseguida, y eso es porque hay una grandísima calidad. Las historias que se cuentan son reales y reflejan perfectamente la España de la época. Es una mezcla infalible.

--¿Qué pasó para que Acusados, una serie de cierto éxito, no continuara una temporada más en Tele 5?

--No lo sé. Ya me gustaría a mí que se grabara una tercera temporada, pero no tengo noticias de que vaya a ser así. La verdad es que me da mucha pena. La policía Holgado ha sido uno de los personajes más bonitos que he hecho en mi carrera televisiva. Y quizá el más difícil, porque requería muchísima preparación física y pasarse muchas horas en una comisaría haciendo prácticas de tiro y otras cosas más. Era un viaje maravilloso, pero allí era solo policía. En cambio, Adelina es un personaje circular: miras hacia atrás y ves una Adelina; miras al ámbito familiar y es otra Adelina; miras al terreno de la pasión y es otra...

--Ya sé que está encantada con su nuevo personaje, pero volvamos a lo que sucedió con Acusados. ¿Les dieron alguna explicación para no seguir?

--No. A mí me sorprendió, porque gustaba mucho y era un pedazo de serie. Cuando me enteré, creo que llegué a derramar alguna lágrima. ¿Que si me enfadé? No, porque si te enfadas te salen muchas arrugas y eso sienta fatal ríe.

--Cuando les levantan una serie sin una explicación convincente, ¿no tienen algún medio o alguna fuente para enterarse de los motivos reales?

--¡Huy, yo es que soy muy pava! No pregunto nunca, porque prefiero no saber y no inmiscuirme en eso. Con los compañeros se suele comentar el tema, pero en este caso estábamos todos igual de desconcertados. El productor nos dijo que la cadena no la quería, y punto. Es un gran misterio que no nos hayan contado cuál fue la verdadera razón.

--El caso es que todo el mundo daba por hecho que continuaría...

--Si hasta dejamos el final abierto y a Carlos Hipólito, que se acababa de incorporar en el papel de juez, le vendieron el caramelo de una tercera temporada. Yo estaba ya frotándome las manos, pensando que me iba a hacer poli a lo bestia, a base de gimnasio. La verdad es que fue un jarro de agua fría para todo el equipo.

--¿En qué otra serie española le gustaría trabajar?

--En Gran reserva (TVE-1). Está genial y muy bien dirigida. También me hubiera gustado trabajar en Tierra de lobos (Tele 5). Aprovechando que el equipo técnico es el mismo que el de Acusados , les pedí por favor que me metieran en la serie, porque quería ser un vaquero. Pero no hubo suerte. Yo sabía desde el principio que Tierra de lobos iba a triunfar: meterse en estos momentos a hacer un wéstern es un acierto.

TVE-1, DE LUNES A VIERNES, 16.15