En Monfragüe hay una veintena de fincas privadas, lo que significa el 46% de este espacio. En ellas sus propietarios están autorizados a realizar lo que unos llaman control poblacional y otros monterías porque los puestos (lugares donde se colocan los cazadores) se venden a unos 300 euros cada uno y se hace uso de las rehalas (los perros que acorralan a ciervos y jabalíes).