Extremadura, por convicción o por miedo, se paralizó por la huelga general». Así se titulaba la crónica resumen de El Periódico Extremadura que se recogía en la edición del 15 de diciembre de 1988, el día después. Lo cierto es que lo que para unos significó un éxito, para otros supuso solo el resultado de las coacciones. Pero ambas partes reconocieron la repercusión.

Los sindicatos UGT y CCOO calificaron de «sorpresa» el respaldo que consiguieron; más del 90% de los trabajadores de la región se sumaron a las diversas movilizaciones.

Las fábricas, la hostelería y la construcción pararon. No hubo el mismo efecto en las actividades dependientes de las administraciones (las diputaciones, los ayuntamientos...).

No obstante, pueblos y ciudades amanecieron con las calles vacías, la cuales solo se llenaron a la hora de las protestas; estas fueron secundadas por miles de extremeños, especialmente en Cáceres, Badajoz y Mérida.

Este gran apoyo provocó, inevitablemente, el malestar del Gobierno autonómico. «Extremadura no se ha roto con la huelga», justificó el expresidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Dijo, igualmente: «Los socialistas hemos perdido un partido de fútbol, pero no la liga».

Asimismo, la entonces gobernadora civil de Cáceres, Alicia Izaguirre, se mostró más incisiva y muy crítica con la UGT: «Han sido los tontos útiles de CCOO». Además, aseguró que se había utilizado «la estrategia del temor». «Ayer Cáceres era una ciudad dispuesta a no ir a la huelga, y hoy nos hemos encontrado con una ciudad prácticamente cerrada», manifestó durante la jornada del 14-D.

Tras ese día histórico, las relaciones entre la UGT y el PSOE prácticamente se rompieron.

También se lamentó de lo que estaba ocurriendo quien ejercía de delegado del Gobierno, Juan Ramírez Piqueras, que aseguró que «no se había respetado el derecho constitucional a la libertad de trabajo». Y denunció que hubo coacciones y «amenazas personales y telefónicas durante los días anteriores».

No faltó algún incidente aislado, como el agente de policía nacional de Cáceres que sacó su arma reglamentaria mientras forcejeaba con varios sindicalistas. Hubo momentos de tensión que no fueron a más.

Los sindicatos defendieron que en todo momento los piquetes fueron informativos, y que reinó el diálogo, aunque sí hubo algún rifirrafe justo al inicio de la huelga en, por ejemplo, los bares de La Madrila de Cáceres; se resolvieron sin sobresaltos.

La jornada transcurrió, en general, sin apenas percances. Y los convocantes lo consiguieron: la protesta fue un rotundo éxito. Extremadura también se paró por un día.

«Ibarra nos dijo que nos iba a echar»

MIGUEL ÁNGEL RUBIO Exsecretario de UGT Cáceres

«Nos sorprendió gratamente la repercusión de la huelga, los piquetes apenas tuvieron trabajo. En aquel momento los sindicatos conectaban con el malestar que había en la ciudadanía. Existía el movimiento obrero, la gente estaba más mentalizada, ahora cuesta mucho que haya movilización. Miles de personas acudieron la manifestación en Cáceres. Leí un manifiesto en la plaza Mayor. Fue muy emocionante», asegura Miguel Ángel Rubio, que en aquel momento ejercía de secretario general de la UGT en Cáceres. «Significó también la ruptura con el PSOE, con Rodríguez Ibarra, que nos dijo que nos iban a echar de todas las participaciones institucionales».

«Nosotros éramos el 15-M de la época»

MANUEL CAÑADA. Sección provincial de CCOO

«En aquella época los sindicatos conectaban con la ciudadanía, era todo más asambleario, tenían liderazgo moral y social. Nosotros éramos el 15-M de la época y había gran capacidad de movilización. Yo estaba en Mérida y recuerdo la jornada con mucha emoción y, sobre todo, me acuerdo de las palabras de un compañero: ‘Hoy gobiernan los trabajadores’. Fue un éxito porque recibimos mucho apoyo». Así lo vivió Manuel Cañada, que en aquel momento formaba parte de la sección provincial de CCOO en Badajoz y ahora pelea desde el Campamento Dignidad. «Fueron años en los que el PSOE aplicó un neoliberalismo desbocado», subraya.

«La guinda fue cerrar Galerías Preciados»

ANTONIO ROSA Exresponsable de UGT Badajoz

Ya era exconsejero de Industria con el PSOE y exresponsable de la UGT en Badajoz, pero como parte del sindicato Antonio Rosa lideró uno de los piquetes más numerosos que recorrió el centro de Badajoz informando sobre todo en las entidades bancarias. «Pero la guinda fue que conseguimos que cerrara Galerías Preciados». Asegura que en Extremadura la huelga intentó ser «especialmente boicoteada por el PSOE». «Aquí hubo más virulencia para doblarle la mano a UGT, se intentó debilitar al sindicato, pero no lo consiguieron. Eso sí, significó la ruptura total. La tensión duró tiempo. De hecho, en la primavera de 1990 celebramos el congreso regional de la UGT y fue la primera vez que Ibarra no vino».

«Mi bar fue el único que estuvo abierto»

MARIBEL CORRALES Del Pub Maribel de La Madrila

«Yo decía: ‘Servicios mínimos Pub Maribel’. Los piquetes vinieron a darme un discurso y al final se lo di yo a ellos. Porque yo estaba a favor de la huelga, iba a cerrar el bar, pero entonces me dijeron que estaban entrando en otros bares rompiendo vasos, y decidí que ya no cerraba. Le dije a mi camarero que se fuera, pero quiso quedarse conmigo. Y el mío fue el único bar que permaneció abierto». Así narra su experiencia Maribel Corrales, que estaba al frente del mítico Pub Maribel de La Madrila de Cáceres. «Al final había más de 300 personas dentro del bar, entre los piquetes y los curiosos, que venían a ver qué pasaba, pero no hubo ni un altercado».

«El Periódico Extremadura debía contarlo»

AMADOR RIVERA. Exdirector de El Periódico Extremadura

El 14 de diciembre de 1988 El Periódico Extremadura no estaba en los kioskos. El rotativo regional se sumaba así al paro general que ya se preveía un éxito. Pero ese mismo día de la huelga, los piquetes y las manifestaciones, la redacción también estuvo en la calle cubriendo un momento histórico, «porque nuestra responsabilidad era contar lo que estaba pasando, darle cobertura, hacerlo importante». Son las palabras de Amador Rivera, que días antes del 14-D se estrenaba como director de El Periódico Extremadura. «Fue un día muy emocionante desde el punto de vista informativo. Todos recordaremos cuando Televisión Española dejó de emitir», apunta Rivera.

«Fue mi primera huelga y mi primer piquete»

ENCARNA CHACÓN. Secretaria general de CCOO

«Recuerdo las palabras de un compañero: ‘Estamos haciendo historia’. El plan de empleo juvenil fue la gota que colmó el vaso, porque se les precarizaba igual que se les hace ahora. Fue un giro social que fortaleció la democracia. Porque los derechos hay que conquistarlos», expresa Encarna Chacón, actual secretaria general de CCOO Extremadura. En ese momento, cuando tenía 31 años, ya era parte del sindicato. De hecho, aquel 14-D de 1988 vivió, desde Cáceres, su primera huelga general y su primer piquete. Lo rememora con mucho entusiasmo: «Estuvimos por los bares de La Madrila informado». También menciona un momento tenso cuando un policía sacó una pistola: «Pero no hubo ningún incidente».

«Estaba en el PSOE y en la UGT, y dejé mi escaño»

MIGUEL LÓPEZ Exsecretario de UGT Badajoz

«Yo era por un lado el máximo responsable de la UGT en la provincia de Badajoz y por otra parte tenía escaño con el PSOE en el parlamento extremeño. Suponía una esquizofrenia porque desde el sindicato estábamos organizado una huelga contra mi partido, pero es que yo no estaba para nada de acuerdo con las políticas que se estaban llevando a cabo. Entonces, el 1 de diciembre de 1988 renuncié a mi escaño. Había muchos compañeros en mi misma situación, pero lo que hicieron fue quedarse en el partido y en la UGT, y desde el sindicato intentaron por todos los medios boicotear la huelga», cuenta Miguel López, que también participó en los piquetes informativos de Badajoz.

«No daban un duro por nosotros»

MARTÍN ALFONSO POLO. Exsecretario CCOO Extremadura

«Decía el artista Andy Warhol que todo el mundo tiene derecho a sus cinco minutos de gloria. Pues yo, el 14 de diciembre de 1988, a las doce del mediodía en la plaza de España de Mérida, tuve los míos. Porque nadie daba un duro por nosotros, y lo conseguimos. Extremadura se paró, se sumó a la huelga». Lo relata con gran emoción. Quien fuera secretario general de CCOO en Extremadura, Martín Alfonso Polo, recuerda una jornada histórica, «un día importante para todos los trabajadores». Cuenta un hecho concreto: «Le firmamos un papel a un conductor de autobuses para que los piquetes no le molestaran porque debía llevar a varios pacientes a un centro de salud».