La Junta no se opondría a que se prolongase el funcionamiento de Almaraz otros diez años si la empresa traslada su sede fiscal a Extremadura. Así lo manifestó en enero del 2006 el entonces presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, postura que fue asumida por el actual presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara.

Este cambio de sede fiscal podría suponer a las arcas extremeñas un ingreso extra de 150 millones de euros por año. Esto es así porque la central genera de IVA alrededor de 300 millones de euros anuales, y el actual sistema de financiación marca que la mitad de la recaudación de este impuesto va a la caja del gobierno regional donde se asiente fiscalmente la empresa.

Hasta enero del 2006, la postura de la Junta era contraria a la prórroga para la central y se había pedido varias veces el cierre.