Extremadura devuelve a los ocho países contribuyentes netos de la Unión Europea --Francia, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Alemania, Reino Unido, Suecia y Austria-- el 18% del total de fondos comunitarios que recibe por distintas vías: ayudas de la Política Agrícola Común (PAC), Fondo Social Europeo (FSE) y Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Esto significa que 18 de cada 100 euros que recibe la comunidad de fondos europeos los hace retornar a estos países contribuyentes netos.

Los efectos beneficiosos de las políticas de cohesión que tiene la Unión Europea quedan plasmados en una frase pronunciada recientemente por el eurodiputado griego Konstantinos Hatzidakis: "La cohesión beneficia a todos, no sólo a los pobres, porque hay una parte de los fondos que regresa nuevamente a los Estados miembros pagadores". O dicho de otra manera: los Estados ricos contribuyen con sus aportaciones a las arcas comunitarias a mejorar el nivel de vida en los países pobres y así desde éstos se incrementan las importaciones de productos, bienes y servicios procedentes de aquéllos. Es, en definitiva, que el vendedor facilite que el comprador pueda adquirir sus productos.

Extremadura importa productos y bienes de estos ocho estados por valor de unos 176 millones de euros, según las cifras del 2003, lo que supone el 18% de los aproximadamente 985 millones de euros en distintos fondos que recibe Extremadura de Europa, gracias sobre todo a la aportación de los Estados citados. En sólo tres años, los fondos que se repatrian a estos países vía importaciones extremeñas han pasado de ser el 12% de las ayudas que recibe la región al 18%.

Si éstos son los países contribuyentes netos, los receptores netos de fondos son, además de España, Grecia, Portugal, Irlanda, Italia, Finlandia y Dinamarca. A éstos habría que sumar los diez nuevos socios que ingresaron en la UE el 1 de mayo del 2004, hacia los que se canalizarán importantes flujos financieros en los próximos años.

Las importaciones extremeñas de estos países son sobre todo aparatos y artefactos mecánicos, carne, corcho, papel, plástico, vehículos, fundición de hierro y acero y productos químicos. Alemania y Francia son los dos países aportadores que más exportan a Extremadura, pues las ventas a la región suman un valor conjunto de casi 110 millones de euros.

EVOLUCION EXTREMEÑA Esos fondos comunitarios han permitido a la región extremeña mejorar su nivel de convergencia con las regiones más ricas de la UE. Extremadura ha pasado de ser la segunda región más pobre de la Europa de los Quince en 1995, a ser la sexta por la cola en el 2002. Un avance que, en porcentajes, refleja que la región ha aumentado en 5 puntos porcentuales su PIB en relación a la media europea. Según los datos que ofrece Eurostat --la Oficina estadística de la Unión Europea-- Extremadura ha pasado de tener un PIB del 49%, a un 54,79% en el 2002. Una convergencia que, sin embargo, no le permite salir de la lista de las regiones más pobres de Europa, ni siquiera con la ampliación a países del Este.

Con la llegada de los nuevos Estados lo que sí ha cambiado es su posición en la lista negra de la UE. Ahora, Extremadura es la número 38 en pobreza, superando ampliamente, eso sí, a la mayoría de las regiones que se acaban de incorporar, sobre todo, a las polacas, que son las que presentan el nivel de renta más bajo de la nueva Europa de los 25 .

La permanencia de Extremadura entre las regiones europeas que tienen un PIB por debajo de la media europea, --que está situada en el 75% y es la que divide qué regiones son ricas y cuales pobres--, le permite seguir siendo Objetivo 1 y, por tanto, seguir beneficiándose de las ayudas que ofrece Bruselas a estas regiones. Unos fondos que Europa se compromete a seguir aportando hasta el 2013.

CONVERGENCIA Sin embargo, la llegada de las ayudas europeas no ha estimulado el crecimiento de las regiones, sobre todo de las más pobres, de la misma manera. Mientras que Extremadura y la región griega de Ipeiros --penúltima y última región en renta en 1995-- han conseguido recortar diferencias considerables (Extremadura en 5 puntos e Ipeiros en 11,2) otras zonas con similares rentas como la isla Reunión o Guayana --territorios franceses--, otras regiones griegas o algunas portuguesas, no sólo no han crecido sino que se han estancado o perdido renta en relación siempre a la media europea. Un ejemplo cercano es el portugués.

Si en 1995 todas las regiones superaban en renta a Extremadura con cierta amplitud salvo Las Azores, ahora esta diferencia se ha recortado hasta el punto de que las diferencias con zonas como la Norte o la Central son mínimas.

OTRAS REGIONES ESPAÑOLAS Durante el periodo 2000-06, España tiene a nueve regiones y a las dos ciudades autónomas entre las regiones más pobres de Europa, por lo que están incluidas entre la zona Objetivo. Tras este periodo, y a menos de un año de que se decida oficialmente cuales van a seguir recibiendo fondos como hasta ahora, hay varias cosas claras.

Extremadura y Andalucía, con un PIB del 60,06% y 69,22% respectivamente, seguirán entre las regiones más pobres, y seguirán recibiendo fondos.

Galicia y Castilla La Mancha, con rentas que se mueven en torno al 75% de la media europea, dependerán del periodo que utilice Bruselas para medir su evolución, lo que podría provocar su salida del grupo.

Las comunidades españolas que no serán Objetivo 1 en el próximo periodo son Canarias, Comunidad Valenciana y Castilla León, que han logrado salir por el crecimiento alcanzado durante estos años, y Asturias, Murcia, Ceuta y Melilla, por el denominado efecto estadístico .

En cuanto al comportamiento, en clave de convergencia, de las regiones españolas, las que más han crecido son las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, --con 9 puntos porcentuales-- y la Comunidad Valenciana con 7. Extremadura recortó su diferencia de forma similar a la mayoría de las regiones españolas, en torno a 5 puntos, mientras que sólo Castilla La Mancha y Asturias, lo hicieron por debajo.