El déficit que acusa Extremadura a la hora de pagar sus pensiones sería todavía mayor sin la aportación de los nuevos extremeños , es decir, los inmigrantes que se trasladan a la región para trabajar. En este sentido, el proceso de regularización que el Gobierno abrió en febrero del año pasado suministró una auténtica inyección de cotizantes al sistema público.

Así, el Ministerio de Trabajo ya había resuelto, a fecha del pasado 30 de diciembre, 2.933 solicitudes de las 2.935 presentadas en la región durante el proceso. De ellas, 2.309 habían culminado con la pertinente alta en la Seguridad Social, según datos del organismo. A nivel nacional, de los 691.655 expedientes presentados, a finales del año pasado la Administración había resuelto 688.419, de los cuales 550.136 ya habían pasado a engrosar las listas del erario público.

POCAS SOLICITUDES A pesar del balón de oxígeno que los nuevos cotizantes proporcionan a Extremadura, hay que tener en cuenta que por número de solicitudes tramitadas, la región se sitúa en el décimo sexto puesto de un ránking encabezado por Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana.

En cuanto al número de autorizaciones (2.440 en Extremadura, frente a 493 expedientes denegados), el posicionamiento de las comunidades no varía, si bien el porcentaje extremeño de resoluciones positivas sobre el total (88,2%) se sitúa apenas una décima por debajo del nacional. De hecho, de los expedientes resueltos en todo el país, la Administración concedió 573.270 autorizaciones (el 83,27%), rechazando, denegando o archivando 115.149 expedientes (el 16,73%).

También por lo que se refiere al número de altas de extranjeros en la Seguridad Social, la comunidad se mantiene en el mismo lugar con sus 2.309 nuevos afiliados, de los cuales el 54,5% son hombres y el 45,5% mujeres. Esta correlación es similar en el resto del país, con unos valores medios del 55,9% para los hombres y el 44,1% en el caso de las mujeres. Sólo en Galicia, Asturias y el País Vasco domina el sexo femenino.

Por tramos de edad, la mayoría de los nuevos afiliados (el 60,5%) se encuentran entre los 25 y 39 años, mientras que el 21,4% tienen entre 40 y 65 y sólo el 18,1% están por debajo de los 25. En cuanto a su origen, la mayor parte son ecuatorianos (122.636), rumanos (95.933) y marroquís (64.691). Asimismo, cabe resaltar que el 33,4% de los contratos firmados por los nuevos cotizantes corresponden al servicio del hogar. A continuación se sitúa el sector de la construcción (21,2%), seguido de la agricultura (14,2%) y la hostelería (10,8%).