Los donantes fallecidos por accidentes de tráfico se sitúan en un 4,4 %, uno de los más bajos de la última década, aunque por encima del 3,8% que se registró el año pasado. La mayor parte de las donaciones (el 60%) se derivan ahora de accidentes cerebrovasculares, seguidos de encefalopatías anóxicas (18,2%) y accidentes no relacionados con el tráfico (9,5%), según la ONT.