Se quedan sin farmacias, sin oficinas bancarias, sin bibliotecas, sin Guardia Civil, sin línea de autobús y a veces hasta sin médico y sin colegio... También sin sus tiendas de toda la vida porque los autónomos se ahogan. Pierden población año tras año y tampoco ayuda que vayan desapareciendo servicios básicos que complican aún más su futuro. Los pueblos extremeños se vacían. Los jóvenes siguen emigrando. Las casas cuelgan el cartel de ‘Se vende’. La despoblación es uno de los principales problemas.