Quizá este 2016 que acaba de arrancar no se presente tan prometedor como nos lo imaginábamos hace una década, pero eso no quiere decir que no vaya a ser intenso para la región. Así que, aunque a estas alturas todavía no haya trenes de alta velocidad circulando por la comunidad autónoma, como se daba por sentado entonces, sí que parece que será por fin el año en el que Extremadura cuente con un ferrocarril moderno. Al menos esos son los planes del Ministerio de Fomento, que prevé que antes de que finalice el 2016 Madrid estará unida con las principales ciudades extremeñas por un tren de altas prestaciones.

No es la única gran infraestructura en la que se deberían registrar avances en los próximos meses: comenzarán las obras de urbanización de la primera fase de la Plataforma Logística del Suroeste, igual que las correspondientes a la finalización de la primera fase del Hospital de Cáceres o de la terminal intermodal de mercancías de Mérida.

Y aunque tampoco este 2016 será el año de Cáceres como Capital Europea de la Cultura, un sueño por el que esta ciudad peleó intensamente durante más de un lustro, sí será el de Mérida como Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica, una iniciativa de la que la capital extremeña podría sacar una considerable rentabilidad económica y social.

El año se estrena también con incógnitas. La principal, cuándo y cómo conseguirá el Ejecutivo autónomico aprobar las cuentas regionales, después de que en noviembre se las tumbasen los tres grupos de la oposición. Y, a partir de ahí, ver si puede comenzar a dar solución a problemas como el paro, la pobreza de muchas familias, o el acceso a la vivienda.