El Plan Extraordinario de Fomento para concluir los 450 kilómetros del trazado entre Pantoja (Toledo) y Badajoz cuenta con un presupuesto conjunto de licitación de 3.829 millones de euros. De estos, 1.776 millones se destinan a obras de plataforma y montaje de vía; y los 2.054 restantes a instalaciones de energía, señalización, telecomunicaciones fijas y móviles y de seguridad. A estas actuaciones hay que unir los contratos para montar las vías e instalaciones a lo largo de toda la línea.

De los 20 tramos de que consta la línea Madrid-Badajoz a su paso por la región, solo hay doce en obra, y únicamente un par de ellos (de Mérida a Badajoz) están prácticamente finalizados.

Fuera de estos contratos de concesión a la iniciativa privada, hay que adjudicar las estaciones de Badajoz, Mérida, Cáceres, Plasencia y Navalmoral. El caso de Badajoz es el más complicado, ya que habría que construirla en colaboración con Portugal, que aún no ha definido su proyecto definitivo. En Mérida no se han comenzado las obras de la nueva estación, a la que se llegará mediante un 'by-pass'; y en la capital cacereña todavía no se han elegido los terrenos definitivos (la alcaldesa Elena Nevado da por seguro que tendrá que negociarlo con el Gobierno que salga tras las próximas elecciones). La estación placentina está pendiente de iniciar la expropiación de los terrenos para construirla; y en Navalmoral las obras tampoco han comenzado.