No se aplican los incentivos necesarios para que los facultativos se queden. Y la sanidad regional tiene un problema básico: los nuevos médicos no cubren los huecos que dejan las jubilaciones. Los recortes todavía se notan y además los estudiantes que empiezan su actividad profesional no colocan los centros extremeños entre sus prioridades. Prefieren otras comunidades o incluso el extranjero, con mejores condiciones económicas. Los que se quedan, viven y trabajan con la presión de la falta de especialistas.