Extremadura acoge al menos a 4.200 inmigrantes en situación irregular, casi la mitad de los que se estimaba que había en marzo del 2005, según se desprende de la comparación entre los datos ofrecidos por el avance del padrón municipal del Instituto Nacional de Estadística a 1 de enero del 2006 y los extranjeros de países ajenos a la UE que en esa misma fecha poseían la tarjeta de residencia.

A principios de año estaban empadronados en la región casi 26.600 extranjeros, de los que 4.600 pertenecen a países de la UE, por lo que pueden circular libremente por España. Los 22.000 restantes sí necesitan un permiso de residencia. Sin embargo, los datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales sobre tarjetas de residencia en vigor a 31 de diciembre del 2005 indican que poseían este documento 17.754 extranjeros originarios de Estados de fuera de la UE, lo que supone que hay más de 4.200 que están empadronados en las localidades de la región pero no cuentan con el permiso para vivir en España.

Según los mismos datos, el grueso de los inmigrantes sin papeles se concentra en la provincia de Badajoz, donde residirían cuatro de cada cinco. Esta situación es especialmente llamativa si se tiene en cuenta que los extranjeros se reparten casi al 50% entre ambas provincias. No ocurre lo mismo con el número de tarjetas de residencia, donde en Cáceres hay, para inmigrantes no comunitarios, dos mil más que en Badajoz.

MAS PRESENCIA DE RUMANOS Otra cuestión llamativa que refleja el último padrón es el incremento espectacular en el número de ciudadanos de origen rumano que residen en Extremadura. Hace apenas cinco años, sólo había en la región 84 personas de esta nacionalidad, y en este momento ya estarían por encima de los 3.200, con lo que se han constituido en la segunda comunidad de extranjeros, por encima de los portugueses, que contarían con menos de 3.000 efectivos en Extremadura.

Sobre ellos estarían los marroquíes, mayoritariamente asentados en Campo Arañuelo, y que ya rondan las 10.000 personas.

En referencia a los rumanos, al margen del incremento en el número de personas de esta nacionalidad también queda en evidencia que es la comunidad con más inmigrantes en situación irregular. De este modo, poco más de un millar, es decir, sólo uno de cada tres, tendría sus papeles en regla.

LLEGADA DE IRREGULARES Con estos datos, la cifra de inmigrantes irregulares en la región habría descendido a lo largo del 2005, en que se llevó a cabo el proceso extraordinario de regularización de trabajadores.

La bajada sería de casi la mitad: en torno a 3.600, puesto que a principios del 2005, y según la estimación realizada en su día por Nereo Ramírez, secretario de Política Social de UGT-Extremadura, habría alrededor de 7.800 extranjeros indocumentados.

Sin embargo, desde la oficina de inmigración de este sindicato en la región se advirtió ayer de que los datos pueden resultar engañosos, y que la cifra de sin papeles sería mucho más alta de lo que se refleja.

Así, una portavoz de esta oficina --cuyo cometido esencial es la inserción laboral de los inmigrantes regularizados-- apuntó que a lo largo del presente año la afluencia de extranjeros sin la documentación en regla ha ido creciendo. Este incremento se ha notado, especialmente, desde la llegada del buen tiempo, puesto que los inmigrantes que alcanzan las costas españolas a bordo de pateras y cayucos son luego repartidos por distintos centros del país, entre ellos el ubicado en Mérida.

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