Algo más del 39% de los ríos y arroyos extremeños presentan un nivel preocupante de contaminación en sus aguas, según un estudio biológico realizado por la Dirección General de Medio Ambiente. Los principales problemas se localizan en la cuenca del Guadiana, donde siete de cada diez ríos muestra una polución alta. En cambio, en la del Tajo, la contaminación más acentuada sólo se detecta en el 17% de los cauces.

El informe clasifica los ríos en seis categorías, atendiendo a su riqueza biológica, que sería indicativa de la calidad de las aguas. Así, el 20% de los cauces de la cuenca del Tajo se encontrarían en el nivel más alto, el de calidad muy buena , mientras que ninguno de la del Guadiana entra en esta categoría. En el siguiente, nivel, de calidad buena , estaría el 41% de los cauces del Tajo, y el 6% de los del Guadiana. Descendiendo un escalón, hasta las aguas donde "son evidentes algunos efectos de contaminación", el Tajo incluye al 22% de sus ríos, y el Guadiana al 25%.

Ya como cauces contaminados, en el nivel menos grave estaría el 16% del Tajo y el 23% del Guadiana. Mientras, en los lugares inferiores, donde la polución es alta o muy fuerte, se encontraría el 1% de los ríos de la cuenca del Tajo y el 46% de la del Guadiana.

CAUCES ALTOS En el examen más detallado por zonas, se aprecia, en lo referido al Tajo, que son los arroyos de montaña del norte cacereño, en las comarcas de Hurdes, Jerte, Ambroz o Ibores los que presentan una calidad más alta, y, en términos generales están "bien conservadas, con bosque de ribera y pocos vertidos". Dentro de este grupo, destaca el río Viejas, en el entorno de la sierra de Guadalupe, que es el cauce extremeño que obtiene una mejor calificación, con un índice de 207, es decir, 57 puntos por encima de lo que se considera ya como calidad muy alta.

En cambio, la calificación biológica desciende de manera notable conforme los estudios se van alejando de las gargantas, y se llega a los cursos bajos de ríos como el Almonte, Tozo, Tralgas, Guadiloba, Tiétar, Arrago, Jerte y Salor, donde el nivel es bajo, y, en otro punto de este último, a la altura de Torremocha, que es el que peor calidad muestra de toda la cuenca.

Radicalmente distinto es el aspecto que muestra la cuenca del Guadiana, donde sólo logran el aprobado el Gévora en su tramo alto, cerca de Alburquerque, y el Jola, en la misma zona, si bien el estudio matiza que las muestras se tomaron antes de los incendios de este verano, con lo que la situación actual será mucho peor de lo que se detectó.

Por debajo de ese nivel, con "evidentes efectos de la contaminación", hay una larga lista donde se incluyen los ríos Alcarrache, Bodión, Guadajira, Cuncos, Matachel, Albarragena, Ruecas y Rivera de Nogales.

El resto de la cuenca muestra niveles de contaminación altos, que afectan a todo el cauce principal de Guadiana.

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