Unas 400 personas se concentraron ayer en Madrid para mostrar su rechazo a la energía nuclear y reclamar al Gobierno "el cierre progresivo de las centrales atómicas españolas" y, en especial, la de Garoña (Burgos) ya que, denunciaron, es una "central gemela" a la de Fukushima. Mientras, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, anució, en un acto político, que va a ser "la gota malaya" del presidente del PP, Mariano Rajoy, para que aclare su postura respecto a las nucleares.