Es un reproche recurrente, pero es inevitable valorar la gestión de Vara sin recordar que fijó como su gran meta crear 60.000 empleos y no solo está lejos de conseguirla, sino que se ha visto obligado a sustituirla por la de frenar el paro. No en vano, la crisis ha provocado un incremento constante del desempleo, tanto en la región --donde la tasa ha sobrepasado el 20% por primera vez desde el 2000--, como a nivel nacional --superándose los cuatro millones de parados--.

El último dato (de abril), sin embargo, abre espacio para la esperanza, puesto que la cifra de desempleados ha disminuido en Extremadura (un 1,9%) por primera vez tras ocho meses de subidas. A falta de ver cómo evoluciona, la caída puede estar vinculada a los planes que tanto desde el Gobierno central (Plan E, por el que se invertirán 192 millones de euros en la región), como desde la Junta (Plan Extraordinario de Apoyo del Empleo Local, dotado con 48 millones) han puesto en marcha para crear empleo, sobre todo en la construcción.

Pero pese a la leve mejoría, las negativas cifras del paro se unen a muchas económicas en el mismo sentido (peligro de deflación tras dos meses con la tasa del IPC negativa, contracción del PIB en el primer trimestre del año...) que no solo preocupan, sino que son la principal característica y reto de Vara en en el ecuador de su legislatura.