El 60% de los accidentes mortales de tráfico que se produjeron el pasado año en la región tuvieron lugar en carreteras de la red secundaria, según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno. Así, en el cómputo total de accidentes con víctimas mortales, de los 104 totales, 63 fueron en vías de titularidad autonómica, provincial o local, y 41 en las estatales.

Esta distribución porcentual también se refleja en las muertes. De este modo, las carreteras extremeñas se cobraron 147 vidas. De este total, 86 personas fallecieron en accidentes en vías secundarias y 61 en las estatales.

Aunque, en principio, se podría achacar cierta lógica a esta situación, ya que la suma de las redes viarias autonómica, provinciales y locales supera de largo a los trazados estatales en cuanto a kilómetros totales, lo cierto es que esa correspondencia se rompe si se analiza el tráfico que soportan las vías, ya que las carreteras nacionales absorben en torno al 60% de la circulación total de vehículos.

NULA VIGILANCIA Respecto a las causas de esta mayor accidentalidad en las vías secundarias, normalmente se atribuye al hecho de que las vías de titularidad estatal cuentan con mejores trazados --mayor anchura y menos curvas--, un mantenimiento más adecuado y señalización más clara y frecuente.

Sin embargo, fuentes de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), apuntaron que a estos factores se añade el hecho de que las carreteras secundarias carecen de vigilancia.

Así, estas fuentes indicaron que mientras en las carreteras nacionales se puede encontrar una patrulla cada 20 kilómetros, "en el resto de la red no hay nadie patrullando". Según señalaron, las indicaciones para distribuir el tiempo de patrulla, la colocación de radares o la ubicación de controles de alcoholemia, "se centra al cien por cien en las carreteras nacionales, con el argumento de que tienen más tráfico", mientras hay carreteras secundarias "que muchos agentes no han visto nunca".

Esto provoca, según las mismas fuentes, "que la gente sepa ya que no estamos en las carreteras locales y comarcales y eso hace que se respeten menos las limitaciones de velocidad, lo que da lugar a que los accidentes sean mucho más graves".

Asimismo, agregaron que "hace siete u ocho años, los turnos de patrulla se distribuían entre las carreteras nacionales y las secundarias, aunque se prestase más atención a las de más tráfico, pero en los últimos años, ni pisamos las secundarias, como no sea para prestar socorro en un accidente".

La falta de vigilancia da lugar, además, a que conductores que teman un control de alcoholemia, hecho que se da sobre todo en verano, opten por esquivar las carreteras principales, lo que incrementa el riesgo, ya que al estado del conductor se suman las malas condiciones de muchas vías secundarias.