Los efectos de la crisis se dejan sentir sin dar una tregua, ni en Navidad, y se mantienen, pertinaces, en el tejido laboral y empresarial extremeño, pacense en este caso. En esta ocasión son los trabajadores de Capiexsa y Charcofrío, dos de las cinco empresas del Grupo Márquez, del sector de la construcción, que ayer iniciaron una huelga y se concentraron desde las siete de la mañana a las puertas de la planta de áridos Capiexsa, donde tiene su sede social el grupo afincado en Badajoz, en la carretera BA-20, antigua N-V.

El motivo de la protesta, que está previsto que continúe hoy, se debe a que la mitad de la plantilla del grupo, unos 60 trabajadores, reclaman el pago de una mensualidad que la gerencia del grupo se comprometió a hacer efectiva antes del 5 de enero y no lo ha hecho. Así lo denunció Antonio Correa, de UGT, como portavoz del colectivo; y también lo reconoció a este diario Agustín Márquez, gerente.

Ambos explicaron que el grupo se encuentra inmerso en un expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta al 38% de la plantilla --formada por 120 trabajadores--, por el que se acordó la suspensión temporal de empleo por tres meses.

El periodo abarca "desde noviembre hasta febrero", señaló Márquez. "Los trabajadores accedimos al ERE para resolver lo antes posible los problemas económicos de la empresa y como expresión de buena voluntad, con el fin de preservar los puestos de trabajo", dijo Correa.

EXTRA PRORRATEADA La decisión de convocar la protesta la tomaron los trabajadores cuando comprobaron que la empresa les había pagado solo uno de los dos meses que les adeudaba, después de que hubieran acordado el pasado 4 de enero que se les pagarían los dos meses antes del día 5 y se prorrateaba por seis meses la pega extra que se les debía, de enero a junio.

En la fecha acordada solo se les pagó un mes y la empresa "no se comprometía a pagar el resto hasta dentro de veinte días", según Correa. Agustín Márquez justificó la postura de la empresa en que si bien no podían abonar en estas fechas la paga pendiente, por los problemas económicos que atraviesa, lo haría "en los próximos días".

Pablo Rubio, delegado de CCOO, manifestó que los trabajadores comenzaron "el 2009 con una deuda de mil euros por parte de la empresa, a cada uno, y se amplió hasta los 3.000, de los que aún nos queda por cobrar el mes de diciembre. Ahora resulta que están mejor los que salieron con el ERE porque al menos cobran todos los meses".

Pedro Calvo, delegado de UGT, explicó que "los empresarios mantienen el mismo ritmo de vida y nosotros, que hemos accedido a reducir el horario laboral de 10 a 8 horas, con la consiguiente rebaja salarial, para ayudar a superar los problemas de la empresa, no podemos pagar la casa ni la comida".

Esta situación, añadió Calvo, la sufren "nuestras familias y más en estas fechas, aparte de lo que arrastramos de todo el año, mientras ellos siguen con su ritmo de vida, exactamente igual que antes de los problemas".