En el último mes ha llovido un 75% menos de lo normal en Extremadura y apenas se registraron cinco litros por metro cuadrado. Desde septiembre, el agua caída suma 200 litros por metro cuadrado, la mitad de lo normal, según Meteorología. Esto ha hecho que la reserva de humedad del suelo descienda hasta el 20%, pese a que las temperaturas no han favorecido hasta ahora la evaporación.

En torno a 14.000 explotaciones ganaderas de la región se encuentran en una situación límite, con amenaza de quiebra, lo que puede suponer la pérdida de un número aún por determinar de puestos de trabajo.

Los daños también están afectando a los cereales y los cultivos herbáceos, donde puede haberse perdido el 40% de la cosecha. Además, las heladas dañaron el olivar cacereño, causando no sólo pérdida de la cosecha, sino también la muerte de muchos árboles.

El regadío aún no se ha visto afectado, aunque ya se ha pedido un adelanto de la campaña de riegos. Las reservas de agua permiten mirar la situación con menos pesimismo, pero también hay inquietud si se prolonga la sequía, puesto que el adelanto de los riegos y la evaporación pueden terminar por agotar los embalses extremeños.