"Como sigan subiendo las tarifas eléctricas me voy a tener que calentar con mi colección de cuadros eróticos". Juan Manuel Fernández Callejo, pintor y profesor de Bellas Artes, intenta tomarse la situación con buen humor, a pesar de que considera que la nueva normativa que suprime la tarifa nocturna "no tiene ningún sentido" y "restringe unos derechos individuales que ya estaban consolidados".

Juan Manuel se gastó 3.000 euros hace tres años con el fin de instalar en su casa diez acumuladores eléctricos, un sistema de calefacción y agua caliente con el que hasta ahora "estaba la mar de contento. Cubría perfectamente las necesidades de la vivienda y no era muy caro", justifica. Además, para sacar mayor rentabilidad de su tarifa, tanto lavadora como lavavajillas estaban programados para funcionar en horario de tarifa reducida.

Aunque este pacense va a esperar a ver los primeros recibos de la luz antes de hacer nada, se teme que el cambio tarifario, junto con la subida general de la electricidad prevista también para julio, acaben teniendo un efecto "catastrófico" en su factura y se vea obligado a desechar los aparatos.

De la misma forma, considera que lo correcto hubiese sido que al menos "a quienes ya habíamos hecho la inversión (en los acumuladores) se nos hubiese mantenido la tarifa" y tampoco entiende que el mismo ministerio que hace no mucho recomendaba esta modalidad de contrato y por cuyos consejos se decidió a realizar "una inversión costosa", ahora lo suprima. "Esto es antisocial", concluye.