Tres años de crisis lo cambian todo. Hace dos, la quiebra de Lehman Brothers --el cuarto banco de inversión de Estados Unidos-- hizo tambalearse los cimientos del sistema financiero mundial. Un año después, el Gobierno español aprobó un fondo de rescate de entidades bancarias (FROB). Ante este panorama y la actitud de algunas cajas y políticos autonómicos que se resisten a entender estos cambios, el Banco de España les ha lanzado un aviso para que aceleren las fusiones, según ha publicado El País .

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De hecho, el citado organismo reconoce cierta frustración para apartar los obstáculos que frenan las fusiones, lo que ha logrado con relativo éxito hasta el momento. Según algunos expertos, quedan entre 20 y 25 entidades, tras la desaparición de otra veintena. También consideran que aún queda otra oleada, que las llevará a reducirse hasta 15. Actualmente, estiman que habría una treintena de entidades analizando las operaciones, que representan el 45% de los activos del sector, pero de las que habría que restar las cuatro --entre ellas, Caja Extremadura-- que anunciaron ayer su unión.

Como el Banco de España, también la Unión Europea ha advertido la necesidad de fortalecer el sector reduciendo el número de cajas, por considerar que estas deberían contar con más tamaño y capital de cara al futuro. La presión de los organismos comunitarios llevaron al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al presidente de la oposición, Mariano Rajoy, a llegar a un acuerdo sobre este tema en la última reunión que mantuvieron en La Moncloa, hace justo 20 días, y que decidieron favorecer las operaciones entre cajas.

Pero estos mensajes han chocado con la resistencia de algunos directivos de las mismas, celosos de perder su cuota de poder regional, y con los gobiernos autonómicos. Muchos presidentes de las comunidades ven a las cajas como prolongaciones de sus consejerías de Economía y son reacios a permitir las fusiones con entidades foráneas, forzando uniones internas como la que se ha producido en Galicia --en contra de la opinión del Banco de España-- o como la que durante varios meses se ha barajado en Extremadura.

Para impulsar las uniones, el organismo que dirige Miguel Angel Fernández Ordóñez ha utilizado las provisiones para fortalecer la solvencia y castigar las cuentas de resultados, pero evitando las intervenciones, que salen caras para los contribuyentes. Por eso precisamente muchas cajas creían que el supervisor estaba atado de pies y manos, pero Cajasur ha sido un aviso a navegantes: el que no pide las ayudas ahora lo tendrá muy difícil a partir del 15 de junio, advierte el Banco de España.