Posibles problemas técnicos de la instalación, la ausencia de los equipos necesarios en el mercado ante el previsible aumento de la demanda en el periodo previo al apagón, o simplemente que los instaladores se vean tan desbordados que no puedan acudir. Son tres razones para no apurar la adaptación de las instalaciones para la TDT hasta el último momento. Según datos del Observatorio Impulsa TDT, más de un 30% de los edificios españoles no tienen aún acondicionada su antena colectiva para recibir esta señal.

Este trabajo puede ser desarrollado tanto por instaladores como por ingenieros e ingenieros técnicos de telecomunicaciones. "Lo normal es que se llame primero al instalador, y en función de la complejidad que tenga la instalación, este puede avisar a un ingeniero", detalla Nuria García del Moral, ingeniera de Telecomunicaciones de la empresa extremeña Proyectos de Ingeniería Global.

Los problemas de acceso a la señal se presentan con mayor frecuencia en aquellas viviendas construidas antes de 1998. Desde ese año, los nuevos edificios deben contar con un proyecto de Infraestructura Común de Telecomunicaciones (ICT). Entre otras cosas, la ICT comprende las instalaciones necesarias para para captar, adaptar y distribuir a las viviendas y locales las señales de radio y televisión terrestre y por satélite.

García del Moral recuerda además que aunque la TDT ofrece una mayor calidad de imagen que la televisión analógica, a diferencia de esta, "en cuanto hay un problema, si los cables no están bien, por ejemplo, deja de verse. No es como la señal analógica, que va dejando de verse poco a poco".

Y en cuanto a la elección de un descodificador, esta ingeniera recomienda no ir a cosas muy complicadas "porque se prevé que la TDT pueda ofrecer en un futuro bastantes más servicios y ser más interactiva. A día de hoy ninguno de los descodificadores contempla estos casos porque no se sabe exactamente cuáles van a ser esas opciones. Por eso, quizás no compense irse a los aparatos más caros".