Más de la mitad de extremeños no conocen el modo adecuado de proteger a un bebé menor de tres años de las radiaciones solares, según se desprende de los datos que aporta la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). De hecho, el 58,7% de los cacereños y el 53,1% de los pacenses consideran, erróneamente, que un niño mayor de un año puede exponerse al sol siempre que se utilicen las medidas de protección adecuadas. Pero más preocupante es el porcentaje de las personas que creen que un menor, incluso de menos de un año, puede recibir directamente los rayos del sol si previamente se les ha aplicado un producto de protección, el 27% de los cacereños y el 33,6% de los pacenses encuestados.

RECORDATORIO EN LA PIEL

Estos datos ponen de manifiesto el desconocimiento sobre una adecuada protección de los niños, ya que la AECC considera que hasta los tres años los menores no deben exponerse al sol.

Las consecuencias de este hábito son extremadamente perjudiciales para los pequeños ya que, advierte la organización en su campaña veraniega, que la piel recuerda las quemaduras importantes y después pueden afectar en un futuro, sobre todo las producidas en la infancia.

La sensibilidad de la piel de los bebés es realmente elevada por lo que no tienen capacidad de respuesta ante el sol. Por ello, la radiación ultravioleta, la que provoca el enrojecimiento en la piel, incide más intensamente sobre ellos que sobre un adulto.

El índice ultravioleta (UVI) es el encargado de medir el nivel de radiación ultravioleta atmosférico, que para mañana está previsto que alcance el grado 9 en Extremadura, muy alto, según las estimaciones del Instituto Nacional de Meteorología.

Si la protección solar de los menores es uno de los aspectos que más interesan a la AECC es porque las consecuencias de los malos hábitos adquiridos sobre los niños, probablemente por desconocimiento, pueden ser funestas. De hecho, una quemadura en la infancia puede ser la precursora de una lesión maligna en la edad adulta, según se recoge en esta campaña informativa que indica el mejor modo de actuar frente al sol.

LOS MAYORES DE TRES AÑOS

Que los tres años sea la edad en la que los niños pueden empezar a exponerse al sol no indica que se deban relajar los cuidados. De hecho, es necesario tener en cuenta que por los hábitos de juego de los menores reciben más radiaciones que los adultos y requieren especial atención. Por ello, es aconsejable protegerles en todas las actividades que realicen al aire libre, y no sólo cuando se estén en piscinas o playas. El intervalo más peligroso, el de mayor calor, desde las doce hasta las 14.00 horas.