La suspensión de pagos de Vicarma ha cogido por sorpresa al sector. El agujero de más de 4 millones que ha llevado a la empresa a esa situación y al despido de su plantilla no se desveló hasta el último mes. Hasta entonces no tenía problemas de liquidez y pagaba puntualmente, según profesionales del sector que conocen la actividad de esta constructora y a sus socios.

El agujero se hizo visible a raíz de la enfermedad de uno de los tres copropietarios, el encargado de la gerencia, la dirección financiera y los recursos humanos, mientras que los otros dos permanecían al margen de la gestión diaria. Fueron estos socios quienes al hacerse cargo de la labor de su compañero enfermo se percataron del estado de las cuentas y de que no podían hacer frente a la deuda y el agujero generados.