Hunosa, Ensidesa, Altos Hornos de Vizcaya y Sagunto fueron algunas de las empresas que coparon los titulares de la prensa en los años 80 como víctimas de la dura reconversión industrial. La adhesión de España a la Comunidad Económica Europea aceleró un proceso iniciado años antes. Al ser elegido como presidente del Gobierno en 1982, Felipe González calificó la situación del sector de "necrosis". La cirugía aplicada supuso un recorte de plantilla que osciló entre el 9% en el sector textil y el 45% en las empresas de construcción naval entre 1981 y 1988. El resultado fue una tasa de desempleo que alcanzó el 22% en 1985, solo dos puntos más que ahora, aunque con un mercado laboral mucho más reducido.

Pero el sacrificio mejoró la competitividad de España y abrió las puertas a las multinacionales. Uno de los ejemplos más cercanos fue la compra de Seat por Volkswagen. Después de un nuevo ajuste industrial al inicio de los 90, el sector ha hecho los deberes, pero se enfrenta ahora a una reestructuración por "la pérdida de posiciones ante la emergencia de la globalización" con la destrucción de 700.000 empleos en los últimos años, según el catedrático universitario Josep Oliver.

"La industria emerge de la crisis --explica Josep Oliver-- con menos capacidad de generar empleo directo, pero con los deberes hechos en innovación, capitalización y mejora del estoc de capital humano".