Las primeras estimaciones no oficiales de los incendios que han asolado las comarcas de Las Villuercas y Los Ibores cifran en más de 32.000 hectáreas las arrasadas por el fuego y advierten de cuantiosas pérdidas en ganadería, agricultura y apicultura. Tras desactivar ayer la Consejería de Presidencia el nivel 1 de alerta del Plan de Protección Civil en en las zonas afectadas, EL PERIODICO contactó con los alcaldes de los municipios alcanzados por las llamas, quienes ofrecieron un primer balance, a falta de conocer los datos de la Administración regional en base a las mediciones aéreas del terreno quemado y que hoy podrían hacerse oficiales.

Las cifras que ofrece este diario corresponden a las estimaciones de los ediles de Castañar de Ibor, Alía, Cañamero y Castilblanco, por lo que el número de hectáreas quemadas podría ser mayor, ya que faltan los datos de Talarrubias, con cuyo alcalde no se pudo contactar.

Teniendo en cuenta estas estimaciones, existen dos zonas especialmente dañadas, como son la que comprende los municipios de Castañar de Ibor y Navalvillar de Ibor, en los que las llamas podrían haber arrasado más de 17.000 hectáreas, y la del término municipal de Alía, en donde las hectáreas calcinadas ascienden a unas 12.000.

Estas dos zonas coinciden con los principales focos que tuvieron que ser extinguidos el viernes, ya que, a pesar de que los incendios se iniciaron el jueves en cinco puntos diferentes, las llamas se unieron en dos grandes incendios en la zona de Castañar y en las inmediaciones de Alía y el término de Talarrubias.

A ello hay que sumar las 2.500 hectáreas que han ardido en Cañamero, el centenar de hectáreas de Guadalupe y las 50 de Castilblanco, según las primeras aproximaciones.

Todos los ediles coinciden en destacar las importantes pérdidas económicas que se producirán en la ganadería, la apicultura y la agricultura, así como en los cotos de caza, una situación que provocará la pérdida de empleos. Estas son las estimaciones de los alcaldes:

Castañar de Ibor y

Navalvillar de Ibor

En la zona en la que se sitúan estos dos municipios el fuego ha arrasado aproximadamente unas 17.000 hectáreas, según comenta Ana Irala, teniente de alcalde de Castañar de Ibor, que añade que "aún está por evaluar qué superficie ha resultado quemada exactamente, ya que eso no lo podremos saber hasta que un perito lo calcule".

En este área los incendios arrasaron tanto cotos de caza como cultivos, dando lugar a importantes pérdidas económicas como las que originará la imposibilidad de llevar a cabo la recogida de corcho o de la aceituna, así como la suspensión de las jornadas de cacería que normalmente se organizan en la zona. Esta situación provocará la desaparición de numerosos puestos de trabajo, si bien, como puntualiza Irala, "la repoblación también dará lugar a otros nuevos".

Las especies vegetales más afectadas son el alcornoque, el olivo, el castaño, la encina y la vegetación de monte bajo (jara, retama...). En cuanto a la fauna, los más perjudicados son el venado, el conejo y las aves.

Alía. Graves pérdidas enespecies cinegéticas

El alcalde, Víctor Manuel Marinar, calcula en "al menos 10.000 hectáreas" la superficie afectada por el fuego en el término municipal de esta localidad que, según puntualiza, "puede llegar incluso a 12.000 o 13.000, es decir, una catástrofe total".

Marinar destaca que la zona quemada es un paraje "de gran riqueza cinegenética, difícil de recuperar". Por ejemplo, el Coto Social, una de las fincas que ardieron, era lugar de origen de gran parte de la caza mayor de la zona, en la que predominan los ciervos y los jabalíes.

Además de cotos de caza, en las proximidades de Alía se quemaron pinares, encineras y fincas de rastrojo. Así, el sector ganadero también se ve perjudicado por la muerte de algunos animales --ovejas, cerdos-- y la destrucción del alimento de los que han quedado vivos.

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