El alcalde de Alía, Gabriel Archilla, es el que se muesta más contundente ante el decreto de Guadalajara --aunque todos coinciden--. "Está muy bien porque parece que hay mucho dinero pero puede ser un poblema de doble filo. Todavía no está todo claro, el Gobierno debería aclararnoslo. Si nos dan el dinero pero nos exigen que los ayuntamientos hagamos una aportación municipal para arreglar las infraestructuras afectadas, no vamos a poder porque no nos sobra el dinero, con lo que no se podrán hacer esas mejoras".

Por eso pide que no se "desaproveche este dinero y que parte de él se destine a ayudar a los damnificados". Archilla asegura que sólo en el ayuntamiento han recibido unas 100 solicitudes de ayudas, pero que muchos --los propietarios que tienen más hectáreas-- lo han hecho directamente a Medio Ambiente.

Sin embargo, también señala que apesar de ser el pueblo donde más hectáreas se quemaron --unas 10.000-- casi todas fueron de monte bajo y no tanto de cultivo. También hubo pérdidas en colmenas y ganado, y en especies cinégeticas que afectarán --dijo-- a los cotos de caza.