Ni el frío, ni el viento ni la lluvia pudieron con la serpiente multicolor animada en la que se convirtió la cabalgata de los Reyes Magos en Almendralejo. La más multitudinaria de los últimos años con 34 carrozas. Ninguna faltó a la cita ni se echó atrás por el mal tiempo. Disfraces bien abrigados, música en todos los remolques y a bailar. La mayoría de los participantes estuvieron toda la mañana mirando al cielo. Amenazaba agua y cayó minutos antes de las cinco, pero casi por arte de magia, fue empezar el cielo se depejó.

Carrozas para todos los gustos, pero sobre todo un tema principal: los dibujos animados. Curiosa la compuesta por cocineros y cocineras de Ratatouille , con un gigantesco ratón que recordaba al personaje. Extravagentes y divertidos los que vistieron de los 101 Dálmatas. Pocos, pero ruidosos. No faltaron los clásicos como Los Pitufos, los duendes, Mickey o Alicia en el País de las Maravillas. Hubo un conjunto de imitadores de Chaplin y hasta la carroza del Gordo de la Lotería. Con el calvo del Gordo, por supuesto. Lo dicho, para todos los gustos.

El orden imperó en todo momento y el desfile se retrasó algo más de lo previsto, esperando que arreciara la lluvia y por la dificultad de poner en fila a tantas carrozas. Es el año de mayor número de participantes. Colegios, asociaciones y diversas entidades apostaron por su carroza. Encabezaron la cabalgata, como es habitual, los gigantes y cabezudos de La Merced. El público agradeció que la avenida de la Paz, la principal arteria de la ciudad, quedará vacía de coches para disfrute de los presentes. Los Reyes, algo más discretos, pero con numerosos pajes a sus pies.

Finalmente se amplió la cifra de caramelos y se repartieron 2.800 kilos por todo el recorrido. La cabalgata se cerró con una quema de fuegos artificiales en el Palacio del Vino. Un año más, Almendralejo, ha vuelto a romper registros. La cabalgata sigue creciendo año tras año. Pese al mal tiempo.