El primer anuncio de que Extremadura tendría AVE data de hace casi 20 años. A este paso, incluso podría batir el récord de la Autovía de la Plata, de la que se comenzó a hablar un cuarto de siglo antes de que se iniciaran las obras.

Además, sobre el tren de alta velocidad siempre parece haber pesado una maldición. Aunque los mapas españoles apuntaban a una conexión hispano lusa por Portugal, este país no lo tenía claro, y cada vez que se convocaba una reunión mixta para tratar el asunto, un acontecimiento político del lado portugués echaba a perder el encuentro.

Por fin, se celebró la histórica cumbre de Figueira da Foz, en el 2003, y la opción que interesa a Extremadura obtuvo fumata blanca . Antes, en 1997, 2001 y 2002, ya se habían dado algunos pasos, con la elaboración de los estudios informativos que recogían varios trazados posibles, y la asignación al Gestor de Infraestructuras Ferroviarias del tramo entre Navalmoral y Cáceres, lo que, supuestamente, agilizaría el proceso.

Impacto ambiental

Entre el 2002 y el 2003 se eligieron los trazados definitivos, a los que había que realizar algunas precisiones, como la ubicación de la estación de Cáceres, la existencia o no de by-pass en Mérida y la traza exacta entre Plasencia y Cáceres, para la que se barajaban dos posibilidades.

Por fin, en diciembre del 2003, Fomento remitió a Medio Ambiente el estudio del tramo Navalmoral-Cáceres, para que elaborase la Declaración de Impacto Ambiental. Se aludió entonces al "paso definitivo" que suponía esta decisión, que abría las puertas al inicio de las obras.

Esta sensación quedó reforzada al plasmarse en el BOE la licitación del concurso para redactar los proyectos básicos, puesto que, ya en ese momento, se trabajaba a marchas forzadas, visto que el límite de ejecución del AVE está fijado en el 2010.

Plazos muy cortos

La entrada del nuevo Gobierno en marzo llevo aparejada la suspensión indefinida en abril de una licitación que debía resolverse en mayo. Entonces se argumentó que esta paralización suponía un replanteamiento del proceso administrativo para hacerlo más rápido.

Sin embargo, nueve meses después la única novedad es que se suspende definitivamente el concurso. Se indica que volverá a convocarse cuando haya DIA, pero no se sabe cuándo estará listo dicho estudio ambiental. Mientras, y en el mismo periodo que ha tardado Fomento en decidir entre que se paraliza y se suspende el concurso extremeño, el ministerio ha puesto en marcha los trámites para 56 tramos de AVE. Sólo uno está en Extremadura: los cuatro kilómetros entre Badajoz y Caya.

Al ritmo normal, y para cumplir los plazos, el AVE extremeño tendría que hacerse en cuatro años, invirtiendo 350 millones por año.