El equipo que ha desarrollado el microchip en el CCMI de Cáceres aspira a que este sistema se convierta en la alternativa a las intervenciones quirúrgicas que se desarrollan en la actualidad para combatir los problemas de obesidad mórbida."Nuestra intención es obtener la misma efectividad que este tipo de intervenciones para perder peso pero reduciendo al mínimo los riesgos y las molestias para el paciente"

Hoy en día se practican dos tipos de intervenciones para afrontar los casos más graves de obesidad mórbida. En ambos casos se trata de operaciones que cuentan con posoperatorios complicados, por lo que los facultativos sólo los recomiendan en los casos de extrema necesidad, como aquellos en los que corre peligro la vida del paciente.

La técnica más extendida es la que se conoce como reducción de estómago , que consiste en un by-pass gástrico mediante cirugía convencional. Con esta intervención se reduce el estómago hasta un tamaño similar al del huevo de una gallina, con lo que el paciente logra saciar su apetito mucho antes. Los resultados globales de esta técnica son satisfactorios, ya que se logra una pérdida de peso de entre el 75%-85% en cinco años, pero los riesgos también son elevados, pues entre el 0,5% y el 0,8% fallecen como consecuencia de la intervención. Esta misma intervención se puede practicar también mediante una técnica menos invasiva. Se trata de la laparoscopia, una intervención en la que a través de varias cánulas se introducen las herramientas necesarias para llevar a cabo la disección, corte y sutura. Esta intervención entraña algunos riesgos menos para el paciente, pero la hospitalización necesaria tras operarse es de, al menos, una semana.

Recientemente también ha surgido el globo gástrico que consiste ocupar parte del estómago con este mecanismo para reducir el apetito.

Solución en un día

La alternativa en forma de microchip podría resultar menos agresiva, puesto que a través de laparoscopia se introduce junto al nervio vago un microchip de apenas un centímetro cuadrado. "La intervención duraría unos quince minutos y en veinticuatro horas el paciente podría estar de vuelta a casa".

Los investigadores aseguran además que esta intervención reduce al mínimo el riesgo de contraer alguna infección, puesto que la incisión es mucho más pequeña que en la cirugía convencional. Todo esto contribuye a que la recuperación del paciente sea mucho más rápida y menos dolorosa.

Los beneficios también afectaría a la sanidad, ya que aunque la cirugía de mínima invasión es más cara, se reducen los costes derivados de la hospitalización del paciente necesaria en los casos de cirugía convencional.