El esposo de Ana Martínez participa por tercera vez en una misión de paz en el extranjero. Ha estado en Irak y viaja de nuevo al Líbano. "Aunque no sea la primera vez no te terminas de acostumbrar nunca", reconoce Ana durante el acto de despedida. "Es su trabajo y a él le gusta, en Irak ha habido más desgracias, pero en el Líbano todo fue más tranquilo, para él, porque para mí ha sido igual de difícil", dice resignada. "Las tres veces que ha salido fuera siempre le ha tocado irse en Navidades, así que de eso estamos curados de espanto". Ana explica que la familia es "la que peor lo pasa", y que aunque el contacto sea frecuente solo piensan que en vuelvan sanos y salvos a casa. "Esta vez lleva su ordenador, la otra solo hablábamos por teléfono cuando podía", recuerda.