Un emeritense de 71 años se convirtió, el 8 de agosto del 2005, en la segunda víctima mortal del calor del verano pasado en España. La primera tuvo lugar en julio en Murcia. Según informó Dámaso Villa, director de Asistencia Sanitaria del Servicio Extremeño de Salud (SES), el anciano fue encontrado inconsciente en el campo hacia las seis de la tarde del 7 de agosto, cuando en la capital extremeña se alcanzanzaban los 44º.

El hombre fue trasladado al hospital de Mérida y atendido en Urgencias, donde se le detectó una fuerte deshidratación e hipotermia aguda. Horas después era ingresado en la UCI. Sin embargo, su estado de salud fue empeorando, hasta desencadenarse un fallo renal que posteriormente se extendió al resto de órganos y le causó la muerte, certificada a las 22.00 horas del día 8.

Villa explicó que el anciano no padecía ninguna enfermedad que pudiera haber agravado los efectos del golpe de calor, y añadió que no era posible precisar cuánto tiempo llevaba expuesto al sol cuando fue hallado.

Hasta esa fecha, el director de Asistencia Sanitaria manifestó que se habían registrado siete ingresos hospitalarios en Extremadura debidos al calor, aunque en todos los casos, excepto en el de Mérida, la evolución fue favorable y los pacientes se recuperaron.

"Seguramente ha habido más afectados por las altas temperaturas, pero que han sido atendidos en los centros de salud o asistidos en los hospitales sin que fuese necesario el ingreso", indicó, para añadir: "es imposible precisar cuántos casos se han dado, porque muchas veces los síntomas leves del golpe de calor se confunden con otras enfermedades, y sólo cuando se presenta un cuadro agudo se puede determinar con seguridad".

En España, y según la ministra de Sanidad, Elena Salgado, se habían producido un total de 18 hospitalizaciones (aparte de las extremeñas) por el calor.