Angel Rodrigo es gerente de la empresa Rograsa, dedicada al reciclaje de aceites usados en industrias y domicilios particulares. Reconoce que la situación económica no es la mejor para una empresa de servicios como la suya, ya que la hostelería --de la que depende parte del negocio-- tampoco está boyante, pero "hay que sembrar para poder recoger, y soportarla de la mejor forma posible".

Para ello, busca fórmulas para mantener a sus 14 empleados en Mérida, y hace unos meses puso en la calle contenedores para que los vecinos de la capital extremeña depositen el aceite usado en sus domicilios. El pasado año recogió 105.000 litros de toda su actividad.

Esa iniciativa también la ha implantado en Badajoz y Cáceres, porque es un servicio gratuito tanto para los usuarios como para los ayuntamientos. Además, asegura que, hasta ahora, "los bancos nos están atendiendo bastante bien".