En junio del 2003, Rodríguez Ibarra anuncia la construcción de una refinería. Ya se habla de un socio tecnológico.

Tras año y medio casi de silencio, en febrero del 2005, el presidente de la Junta desvela quiénes serán los socios: Gallardo (40%), Sofiex (20%), Caja Madrid (13,5%), BBVA (13,5%), Iberdrola (10%) y Caja Extremadura (3%). El socio tecnológico es descartado por ´innecesario´, y en su lugar se contrata a la consultora UOP.

Al día siguiente, Caja Madrid niega que vaya a participar como socio en el proyecto.

La conveniencia de tener un socio tecnológico, experimentado en este tipo de industria, resurge el pasado verano. Descartado Repsol, se negocia con Galp, pero la petrolera portuguesa declina la invitación.

En octubre del 2005, Sillero señala que se está negociando con varias petroleras para que sean socios tecnológicos, y que el accionariado (dado como cerrado ocho meses antes) dependerá de la participación que tome este socio aún desconocido.