El pasado 18 de junio recibió el último galardón que reconocía su trayectoria empresarial de mano este diario. Era nombrado Empresario del Año. Su hijo recogió el premio en su nombre en Cáceres, y él, aunque no pudo asistir a la entrega, no perdió la oportunidad de agradecer el reconocimiento con una carta. Pero Manuel Bermejo Hernández, natural de Plasencia, doctor en Ingeniería Agrónoma y escritor ocasional, no solo ha sido uno de los mayores empresarios de la región. Bermejo, que pasó gran parte de su infancia y juventud en Jaraíz de la Vera, donde es muy querido, mientras su padre dirigía el Banco Hispano Americano, llegó a lo más alto en la política regional antes de dedicarse al mundo de los negocios.

Desde que militará en la Unión de Centro Democrático de Adolfo Suárez, su dedicación fue exclusiva a los extremeños, primero como diputado por la provincia de Cáceres en la legislatura de 1977 y 1979, y después como asesor parlamentario del ministro de Agricultura y consejero de Agricultura de la Junta de Extremadura, hasta llegar a la presidencia del Gobierno regional durante dos años, de 1980 a 1982. Un periodo en el que tuvo un papel relevante en el Estatuto de Autonomía de Extremadura, tanto en su elaboración como en su aprobación.

Defensor de un extremeñismo ejemplar y apasionado de los toros, tras aparcar la política Bermejo comenzó una ascendente carrera empresarial ocupando puestos relevantes en el sector tabaquero. Fue subdirector del Servicio Nacional de Cultivos y Fermentación del Tabaco, consejero de la Compañía General de Tabacos de Filipinas y presidente de la Sociedad 3S-Agroindustria. También presidió la sociedad Agroexpansión del grupo internacional Dimon desde 1988 al 2004, la primera industria transformadora de tabaco que contribuyó decisivamente al crecimiento económico y social del norte de la región.

Ocupó este cargo hasta que Dimon y Standard se fusionaran en la multinacional americana que es hoy, Alliance One, y esta anunciara el abandono de la actividad de la fábrica de Malpartida de Plasencia, una planta que ha contribuido muy activamente al desarrollo de la zona, dando trabajo directo a un promedio de 50 empleados anuales así como a un gran número de empresas que han venido prestando sus servicios en la tabaquera.

Tras el anuncio, en el 2006, Manuel Bermejo recuperó la presidencia de Agroexpansión para garantizar el mantenimiento de esta planta. En esa operación adquirió también la sociedad World Wide Tobacco España de la misma compañía, que posee un centro de compra de tabaco en Talayuela.

Su trayectoria le ha valido numerosos reconocimientos fuera y dentro de la región --Encomienda de la Orden Civil del Mérito Agrícola, la Medalla de Oro al tabaco de Jaraíz de la Vera, la Gran Orden de la Ciudad de Mérida (Venezuela) o la Orden Civil del Mérito Constitucional e incluso la Medalla de Extremadura en 1997--.

Hasta ayer ostentaba la presidencia de Agroexpansión y World Wide Tobacco, y desde hoy será siempre el dueño de un currículo ejemplar en defensa del desarrollo extremeño, de una calle en Talayuela y el autor de tres novelas en las que ha sabido reflejar a la perfección la cultura y las tradiciones de la sociedad extremeña: Los zapatos también votan ; La fraseología taurina y su pícaro humor y Los Medieros . Su muerte le deja ahora sin ver la película sobre esta última obra, dirigida por Juan Esterlich y en fase de producción. En esta obra Bermejo relata las costumbres de los tabaqueros y ensalza la figura de los medieros en una época decisiva para el tabaco, otra de sus pasiones.