"Un pintor a fondo, hasta el último suspiro". Ese era Juan Barjola en palabras del conocido crítico de arte Francisco Calvo Serraller. En un comentario a la exposición realizada en Madrid con motivo del 80 aniversario del artista, Calvo Serraller calificaba a Barjola como "un pintor expresionista o, lo que es lo mismo, un pintor que vive y representa la realidad como deformada".

Autor de una obra desgarrada y rabiosamente expresiva en la que muestra la realidad sin velos, Barjola ha sido uno de los pintores más destacados dentro del tremendismo de la escuela española.

Nacido en 1919, tras cursar estudios en la escuela de Artes y Oficios de Badajoz, siguió su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1957 celebró su primera exposición individual, en la Galería Abril, de Madrid, y ese mismo año ya expuso en el extranjero. En 1960 una beca de la fundación Juan March le permitió viajar por Bélgica y Francia. En los cincuenta su obra era ya muy personal, y se ceñía a la figura humana definiéndola en sus contornos.

Es a partir de entonces cuando comenzó a dedicarse plenamente a la pintura y a proyectar su obra en el extranjero a través de exposiciones individuales en Nueva York, Venecia, Sao Paulo o Tokio. En 1963 celebró una exposición en la Dirección General de Bellas Artes de Madrid que supuso su consagración para la crítica y el público. A lo largo de su trayectoria artística su obra pasa por diferentes etapas, aunque todas ellas enmarcadas en la línea figurativa, con un paréntesis de abstracción en 1959.

Su obra puede incluirse dentro del expresionismo subjetivo; sus cuadros encierran significaciones dramáticas, irónicas y sarcásticas que caen muchas veces en el campo de lo surreal, pero con un carácter más humano. Su compromiso social se refleja en la temática, con la que pretende testimoniar a los demás las lacras de la sociedad: la guerra, la miseria, los suburbios, la opresión política y social. Su estilo ha evolucionado, dentro de unas coordenadas básicas, hacia una ejecución más dinámica reflejada en los gestos y el vivo ritmo que alcanzan sus últimas obras.