Albalá aspirará a albergar el futuro almacén temporal de residuos radiactivos cumpliendo a priori con todas las exigencias técnicas marcadas por el Gobierno. Es decir, iniciará el concurso de selección con sus opciones intactas, algo que no ocurre en el caso de otros pueblos candidatos.

El proceso para determinar la ubicación del denominado almacén temporal centralizado (ATC) se inició en el 2006 con la creación de una comisión interministerial que vela por que la toma de decisiones sobre su emplazamiento sea respetuosa con los principios de publicidad, concurrencia y transparencia. Este organismo (que está formado por representantes de los ministerios de Industria, Turismo y Comercio, de Medio Ambiente, Rural y Marino, de Economía, de Sanidad, de Ciencia e Innovación, de Política Territorial, y Presidencia del Gobierno) ha elaborado durante estos últimos años distintos informes relativos al proyecto. Entre esos documentos existe uno que fija los criterios básicos para la elección del lugar donde se construirá este almacén nuclear.

De acuerdo con ese informe, el principal bloque de exigencias para los municipios candidatos se centran en la ausencia de factores de riesgo de accidentes naturales o provocados por la acción del hombre. Así, se determina que no pueden ser seleccionadas zonas con "riesgo potencial" de actividad sísmica (terremotos) o volcánica; donde sean habituales fenómenos meteorológicos como tornados o huracanes; áreas expuestas a inundaciones (bien por abundancia de lluvias o por rotura de presas); y los lugares próximos a aeropuertos, estaciones de ferrocarril y nudos importantes de comunicación, así como áreas industriales o tecnológicas, que puedan presentar algún riesgo de accidente catastrófico, explosión química o fuerte descarga energética.

Albalá, situada a 40 kilómetros al sur de la ciudad de Cáceres, está fuera de todos estos supuestos. "Geológicamente es una zona factible para el ATC. Es muy estable. No hay riesgo de seísmos frecuentes ni intensos. Es un terreno de macizo granítico, muy enraizado. Hay fracturas y fallas, pero están muy controladas y no son de mucha profundidad ni muestran una actividad notable", explica Majín Murillo, presidente de la Sociedad Geológica de Extremadura. El término municipal tampoco está próximo al cauce de ningún río ni presa que pueda conllevar riesgo de inundación.

En cuanto a la posibilidad de accidentes de transporte, el municipio está a unos 10 kilómetros al Este del punto más próximo de la carretera Nacional-630, de la autovía A-66, de la actual vía de ferrocarril convencional y de la futura línea del AVE Madrid-Lisboa. El único inconveniente podría ser el aeropuerto internacional de Cáceres --Albalá quedaría dentro del radio de 20 kilómetros respecto a esta infraestructura--, pero es un proyecto actualmente parado por la situación económica y por tanto no supone un obstáculo.

Fuera de la Red Natura

La Comisión Interministerial también fija una serie de condiciones para evitar daños en el patrimonio natural, cultural e histórico. Así, determina que quedarán fuera del proceso las propuestas ubicadas dentro espacios de conservación de la Red Natura 2000 (parques nacionales, parques naturales, zonas de especial protección de aves --ZEPA-- o lugares de importancia comunitaria --LIC--). Ni un solo metro del territorio que comprende el termino municipal de Albalá está protegido, según los datos de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente. Torrubia de Soria, otro de los aspirantes, es probable que vea su candidatura desestimada porque está en una ZEPA.

El ATC tampoco podrá situarse cerca de hábitats con especies en peligro de extinción. En este sentido, la candidata extremeña al almacén nuclear está muy próxima a la zona ZEPA de los LLanos de Cáceres y Sierra de Fuentes. Pero, como explica Pablo Ramos, de Ecologistas en Extremadura, no hay ninguna especie catalogada en peligro de extinción que nidifique o habite en ese entorno, aunque la ZEPA cacereña sí es un área de campeo de algunas aves como el buitre negro --procedentes de la Sierra de San Pedro--.

Por último, entre las exigencias del Gobierno central también está que el emplazamiento no se encuentre junto a zonas de interés estratégico en explotación o con posibilidad de explotación futura (las minas de Albalá se cerraron hace años y no se contempla su reapertura). Asimismo exige que sea un lugar accesible por vía terrestre (ferrocarril o carretera), desechando las opciones que impliquen que los residuos tengan que viajar en avión o barco.