La comunidad shií, a la que pertenece el 20% de la población de Pakistán, sufrió ayer en Quetta, una ciudad en el suroeste del país, el segundo mayor ataque en menos de un año. Al menos 45 personas que participaban en una procesión religiosa murieron cuando un grupo de desconocidos abrieron fuego. Otro centenar resultaron heridas.

Los testigos explicaron que oyeron una explosión y de repente varios hombres empezaron a disparar contra las centenares de personas que desfilaban por las calles en la tradicional conmemoración de la fiesta de la Ashura , la más importante del calendario shií.

MEZQUITA INCENDIADA Algunas fuentes aseguraron que los atacantes se suicidaron al verse rodeados. Tras el atentado, shiís enfurecidos prendieron fuego a una mezquita suní, a unas oficinas de una televisión y a varios comercios. El presidente paquistaní, el general Pervez Musharraf, ordenó a las autoridades que investiguen el atentado y expliquen con detalle las circunstancias en las que ocurrió.

En los últimos años se han registrado diversos incidentes entre la comunidad minoritaria shií y la mayoritaria suní de Pakistán. Uno de los peores fue el atentado perpetrado en julio del año pasado por el grupo integrista islámico suní Lashkar e Jhangvi contra una mezquita shií en Quetta, en el que murieron 48 personas.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, condenó el atentado y retieró su "posición de que todos los atentados, cualquiera que sea la justificación, son reprobables moralmente y completamente indefendibles".