El consumo de internet crece a ritmos agigantados. La irrupción del vídeo en la red, la expansión de los teléfonos inteligentes (smartphones ) y la avalancha de aplicaciones han disparado el tráfico de datos hasta niveles nunca vistos. Contra lo que pudiera parecer, este fenómeno, en lugar de ser visto como algo positivo por las operadoras de telecomunicaciones, se ha convertido en el centro de un debate sobre el cambio de las reglas de juego de un negocio que, aseguran, "es insostenible". Después de pretender que los proveedores de servicios como Google paguen por usar sus redes, las compañías telefónicas señalan ahora a los usuarios.

La polémica se avivó recientemente en el 24º Encuentro de Telecomunicaciones de Santander, donde Telefónica propuso un cambio en el sistema de las tarifas. El consejero delegado de la compañía, Julio Linares, cargó contra las tarifas planas ilimitadas. En España, solo hay este tipo de tarifas en internet fijo, ya que en móvil la velocidad baja superado un límite de descargas.

El 20% de los usuarios de banda ancha fija producen el 80% del tráfico, y en la banda ancha móvil, la proporción es de 5%-75%. "El usuario medio está subsidiando al usuario intensivo", dijo Linares. Estas declaraciones causaron tal revuelo que Telefónica tuvo que matizar después que no cambiaría sus tarifas planas. No obstante, el debate ya estaba servido.

Las operadoras se quejan de que el incremento del tráfico de datos les supone un esfuerzo de inversión enorme para mejorar las redes y que este gasto no es comparable a los ingresos que obtienen. La situación puede empeorar, ya que el tráfico de datos "se multiplicará por cinco en los próximos cinco años", advierten, y las telefónicas afirman que esto puede saturar las redes.

Nadie duda del riesgo de congestión si no se hace nada para evitarlo, pero para Jesús Banegas, presidente de la patronal de las empresas de telecomunicaciones AETIC, el debate crucial no es si suben o no las tarifas --"hay libre mercado", recordó-- sino la necesidad de incentivar la inversión. Los países que antes y mejor se equipen de redes que puedan abarcar todo el tráfico futuro posible tendrán grandísimas ventajas competitivas", afirmó Banegas, que añadió que el Estado debe regular para favorecer esa inversión.

El Ministerio de Industria replicó que las telefónicas han recortado el gasto en una proporción mayor a la que han caído sus ingresos y que deben "volver a la senda de la inversión", en palabras del secretario de Estado Bernardo Lorenzo.

Sin embargo, hoy por hoy las operadoras no le ven el atractivo a gastar en infraestructuras, ya que la mayor parte de los beneficios se la llevan otras compañías. "Todo se mezcla con el debate de quién se beneficia de la red: empresas como Google y Facebook tienen una parte importante de responsabilidad en llenar la red y contribuyen poco en invertir en ella", afirmó el profesor de IESE Joan Enric Ricart.

REGULACION Además, estas compañías que han entrado en el mercado después que las telefónicas no tienen una regulación tan estricta como las operadoras, hecho que se encargó de criticar el presidente de Vodafone, Francisco Román, quien consideró "absurdo pretender que todos los derechos de los usuarios se transformen en obligaciones solo para las operadoras". Los internautas miran con escepticismo las quejas de estas compañías. "Viendo las cuentas de resultados, no parece que el sistema no sea sostenible; pero si no lo es, que dejen paso a otras operadoras", dijo el presidente de la Asociación de Internautas (AI), Víctor Domingo. El riesgo no es la congestión del sistema, las comunicaciones van a seguir siendo un negocio", opinó Miguel Pérez, presidente de la Asociación de Usuarios de Internet (AUI). "El único peligro es la falta de competencia y que haya un oligopolio que acabe controlando el mercado", alertó.

Xavier Busquets, profesor de Sistemas de Información de Esade, entiende las motivaciones de las telefónicas. "Es obvio que el modelo de negocio está dando muestras de agotamiento porque las operadoras han dejado de tener el control sobre el usuario", afirmó. Antes las telefónicas invertían a medida que amortizaban inversiones anteriores; ahora el ritmo lo marca el usuario, que consume servicios incentivado por otras empresas, como Apple con su iPhone. "La realidad del mercado ha cambiado y es lógico que busquen nuevas fuentes de ingresos que permitan que las inversiones sean sostenibles", añadió.

Estas fuentes de ingresos pueden venir haciendo pagar más al usuario que más consume o por otras vías, como las alianzas. Un ejemplo es el acuerdo de la operadora de EEUU Verizon y Google. Se trata de un pacto polémico, que abre la puerta a que unos servicios tengan prioridad sobre otros a cambio de pagar más. Esto puede vulnerar la neutralidad de la red, principio pendiente de regular por EEUU y la Comisión Europea, que marcará el modelo de internet.

El debate ha comenzado, pero nadie se atreve a avanzar cómo acabará. "Si supiéramos la respuesta, ya la habríamos puesto en práctica", afirmó Busquets.