La mejor prueba de la situación en la que se encuentra el trazado del tren de alta velocidad entre Madrid y Oropesa, del corredor Madrid-Lisboa, es el presupuesto que se maneja para actuar en la línea. Las cuentas estatales para el próximo año incluyen, en el apartado del Ministerio de Fomento, una partida de 1,7 millones de euros a ejecutar en el 2008, que se destinaría a los estudios informativos y elaboración de proyectos.

La programación plurianual recoge que para el año 2009 habría otros 300.000 euros para finalizar estos trámites. Esto supondría disponer de proyectos en el 2009. En cuanto a obras, no se incluye ni un euro, ni por parte de Fomento ni de ADIF.

Además, no es la primera vez que se pasa el ejercicio presupuestario sin haber logrado los objetivos, aunque supongan una inversión tan escasa.

Así, en el presupuesto aprobado para el 2006 figuraba una partida para las mismas actuaciones en el mismo tramo, cuyo plazo de ejecución era precisamente ese año, el 2006.

En las cuentas estatales del 2007 se repitió la misma historia: una partida presupuestaria a ejecutar ese mismo año y que serviría para finalizar los estudios previos a la licitación de proyectos del trazado. Tampoco se cumplió.

Ahora el compromiso se adquiere a dos años vista, y además sólo supondría una mínima parte del coste de este trazado, que se eleva a más de 700 millones de euros.

Contrasta este hecho con lo que ocurre en el tramo extremeño, donde ADIF contempla partidas anuales de 170 millones para el 2008; 380 millones para el 2009; 670 millones para el 2010, y 680 millones para el 2011, así como un plazo de terminación de las obras fijado por este organismo dependiente de Fomento en el 2012.