Obligado por el proceso de sucesión en el PP, José María Aznar reorganizó ayer su Gobierno. La salida de Mariano Rajoy para ser el candidato electoral ha provocado un movimiento de carteras algo más amplio de lo que se esperaba. Aznar ha compensado a Rodrigo Rato, el perdedor de la carrera sucesoria, ascendiéndole a la vicepresidencia primera. Javier Arenas ocupará la segunda. El portavoz del Gobierno será Eduardo Zaplana y la cuota catalana se mantiene con la entrada de Julia García- Valdecasas. Sólo una pieza no ha encajado: Jaime Mayor Oreja se ha negado a volver al Gobierno.

Cuando Aznar designó sucesor el pasado sábado a Mariano Rajoy, fuentes del Gobierno y del PP apostaron por un cambio "mínimo" para rellenar los huecos dejados por el nuevo candidato a las elecciones del 2004 y por la marcha de Josep Piqué para optar a la presidencia de la Generalitat de Cataluña. Pero la reorganización ha sido más profunda.

DOS VICEPRESIDENCIAS

Aznar se ha mantenido fiel, a pesar de las previsiones iniciales, al esquema de dos vicepresidencias. Rato, que ocupaba la segunda además del Ministerio de Economía, asciende a la vicepresidencia primera. Arenas, que ha dejado la secretaría general del PP para cedérsela a Rajoy, será el vicepresidente segundo.

Las funciones de Rato y Arenas vendrán determinadas por el decreto de nombramiento que aparecerá hoy en el BOE. Rato mantendrá todas las atribuciones que tenía como ministro de Economía y ostentará la presidencia en ausencia de Aznar.

Arenas, como vicepresidente segundo, asumirá la coordinación política de los ministerios al presidir la comisión de subsecretarios, órgano importante, ya que, de hecho, en él se hace la criba de los asuntos que pasan a la aprobación del Consejo de Ministros. En todo caso, Aznar tiene la potestad de encargar a cualquiera de los dos vicepresidentes tareas políticas de coordinación, representación o interlocución según el asunto de que se trate.

Finalmente, Jaime Mayor Oreja no volverá al Gobierno. Pese a los deseos de Aznar y de Rajoy para que asumiera un ministerio, en concreto el de Administraciones Públicas, Mayor resistió las presiones, y expuso sus razones al presidente en una reunión ayer por la mañana. Para el líder del PP vasco, "lo más lógico y lo más natural" es continuar en el Parlamento de Vitoria ante un curso político marcado por la presentación del plan soberanista del lendakari Juan José Ibarretxe.

LA VOZ DEL GOBIERNO

Una de las sorpresas fue el salto de Eduardo Zaplana a la portavocía del Gobierno --se mantiene como ministro de Trabajo--. No acertaron quienes señalaban a Arenas como portavoz. Fuentes cercanas al exsecretario general indicaron que no tener la portavocía unida a este ministerio, como tuvo Rajoy, no es un demérito. "Darse de bofetadas todos los días con la oposición llega a cansar", añadieron.

Para ser la imagen del Gobierno, Aznar eligió también a un hombre de partido. Zaplana no ha ocultado nunca sus aspiraciones a la sucesión, pero se ha mantenido con prudencia en un segundo plano conforme se acercaba la hora de designar al presidenciable . Fuentes del PP aseguran que es un valor en alza cara a la próxima legislatura si los populares ganan las elecciones.

Juan Costa y Julia García-Valdecasas son las dos caras nuevas. Costa, hasta ahora secretario de Estado de Comercio y Turismo, es un hombre de Rato. Por su parte, García-Valdecasas, delegada del Gobierno en Cataluña, es la presencia catalana en el Ejecutivo como titular de Administraciones Públicas.

Todos los partidos, salvo el PP, criticaron que Aznar afronte los cambios al servicio de los intereses de su partido.