El PSOE se despertó ayer al borde de la parada cardiorrespiratoria. "Estamos como el conejo paralizado ante la serpiente que se lo va a merendar", explicó un dirigente socialista. Es un diagnóstico en el que coincidieron todos los consultados: el batacazo ha sido de tal calibre que el partido necesita tiempo para asimilarlo. "Este no es el momento de lamentarse, sino de levantarse", animó por la mañana su número dos, José Blanco. Pero levantarse, ¿cómo? Aquí comienzan las divergencias, que se alargarán, como mínimo, hasta el próximo sábado, cuando se reúna el comité federal que fijará el calendario para el cambio de liderazgo. Porque tanto los partidarios de que tome el relevo la titular de Defensa, Carme Chacón, como quienes abogan por el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, creen que la hecatombe ha venido a refrendar sus tesis anteriores. A favor y en contra de las primarias.

Si los primeros ven en las elecciones internas el desfibrilador que devolverá el pulso al partido, ahora que ha perdido casi todo su poder autonómico y local, los segundos creen que este proceso, con ambos candidatos --que no se han postulado-- disputándose a los 220.000 militantes, darían la puntilla a un PSOE que ha cosechado los peores resultados de su historia.

ALUSIONES IMPLICITAS En la ejecutiva socialista más deprimida de los últimos años pudo entreverse ya algo de las fricciones en el partido desde que se dio por hecho que José Luis Rodríguez Zapatero se iba a retirar. Según varios integrantes del organismo, se escucharon voces que insistieron en que hubiera solo un candidato. Es decir, Rubalcaba. No hubo alusiones explícitas a Chacón, pues el asunto central fue un primer análisis de la catástrofe --con el jefe del Ejecutivo asumiendo su responsabilidad en la derrota, al no haber sabido "transmitir" las medidas anticrisis--, pero el sentir de estas intervenciones fue que "no era el momento" de las primarias. Ni el vicepresidente ni la ministra contestaron. Tampoco Zapatero. "En estos momentos no tenemos energías suficientes para una pelea de este tipo", apuntó un miembro de la ejecutiva. "Espero que no haya primarias. La militancia no está para un proceso así. Podría ser una catástrofe", aseguró otro.

Pero desde el círculo de Chacón se dice que es ahora cuando las primarias son necesarias. La separación entre los políticos y la sociedad es enorme, como se ha observado con las movilizaciones de los indignados, y una elección sin debate, un dedazo, solo agrandaría esa distancia. "Lo peor que podría hacer ahora el partido es enrocarse en sí mismo", contestaron fuentes próximas a Chacón.

En cualquier caso, el proceso ha echado a andar. El comité federal fijará las fechas: para postularse, para recoger avales --se requiere el 10% de las firmas de la militancia, aunque el partido debate que este organismo dé el visto bueno tanto a Chacón como a Rubalcaba-- y para la campaña en sí misma. Las fechas las discutirán ahora el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, y el propio Zapatero. "Queremos que todo vaya rápido", indicaron fuentes cercanas a Iglesias. De celebrarse, las elecciones internas se celebrarán en verano.

GOMEZ CONTRA VARA Guillermo Fernández Vara, que gobernará en Extremadura, dijo que su candidato era Rubalcaba, y se preguntó "dónde está el efecto positivo" de las primarias en la Comunidad de Madrid. Tomás Gómez, que salió derrotado ante Esperanza Aguirre, cargó contra el "dedazo" y recordó que el PSOE había caído siete puntos en Madrid, sí, pero que en Extremadura, sin elecciones internas, había caído 10. Se abre la veda a los cuchillos en el PSOE.