En el curso 2004-2005, varios centros de la región comenzaron a impartir una parte de algunas asignaturas en otro idioma. Se implantaron un total de seis secciones bilingües, cuatro en francés y dos en inglés, a través un proyecto experimental que buscaba impulsar el aprendizaje de otras lenguas. Empezaba a funcionar en otras comunidades y Extremadura no quería quedarse atrás. Y no lo hizo. Fue tal el impulso que ocho años después (en el 2012-2013) había 197 secciones bilingües en los centros escolares extremeños y en este curso ya son 292 (la mayoría de inglés) en las que se forman 26.584 alumnos extremeños de Primaria, ESO y FP (el 20% del total). Además también hay nueve centros bilingües (dos de ellos British Council) con otros 2.100 alumnos.

De esta forma, aquel proyecto que nació de forma experimental ha ido enraizando y, para muchos, sin un sosegado análisis y sin evaluar sus resultados. «Hemos ido demasiado rápido, el programa se ha generalizado sin una evaluación suficientemente precisa», señala Juan Morcillo, docente y secretario de la Asociación Pedagógica Escuela de Verano de Extremadura (Apevex).

Y eso es lo que demandan docentes, padres y sindicatos: analizar si el modelo actual es el más efectivo para lograr que el alumnado alcance las competencias idiomáticas necesarias en estos tiempos. «Debemos valorar y diseñar con qué medios contamos, reconocer que hace falta inversión y hasta qué objetivos nos marcamos: ¿queremos ser bilingües unos cuantos o aprender idiomas todos al mayor nivel pssible?», cuestiona Mercedes Barrado de CSIF.

En estos 13 años en marcha, solo consta un informe elaborado por el Servicio de Evaluación y Calidad de la Consejería de Educación, que se realizó cuando las secciones bilingües ya llevaban en marcha una década. Los resultados, según el estudio, «muestran un éxito en cuanto a la adquisición de habilidades lingüísticas en lengua extranjera». Sin embargo, aquel informe sigue sembrando muchas dudas y ya apuntaba algunas debilidades y amenazas. Entre ellas, la falta de profesorado preparado, diferencias en el rendimiento o dificultades de aplicación en el ámbito rural.

Pero hay más sombras en el modelo extremeño de bilingüismo y entre ellas, los docentes y sindicatos consultados destacan la segregación y falta de equidad entre los alumnos. Los centros educativos son los que tienen solicitar si quieren tener una sección bilingüe en sus aulas y no todos disponen de ellas porque no tienen personal acreditado para ello. «Tal y como está concebido provoca una educación a dos velocidades de nuestros alumnos y convierte en guetos a los centros que no se suman al mismo», denuncia Alfredo Aranda, de PIDE, que critica que se asumiera el modelo actual de forma «unilateral» y sin recursos suficientes.

A esto se añade que las secciones bilingües tampoco llegan a todos los estudiantes de un centro. La elección se realiza en función del nivel o rendimiento en el idioma en cuestión, y «eso en muchos casos depende más del nivel sociocultural del alumno», destaca Morcillo, de Apevex, que denuncia el monopolio del inglés pero también reconoce que hay experiencias «maravillosas» en la región. «¿Si es bueno para los alumnos porque no está al acceso de todos? Seleccionar solo a los más aptos es poco equitativo y supone una segregación».

Además, hasta este curso, los elegidos formaban una clase al margen del resto de sus compañeros de curso. «Se convierte en un elemento discriminatorio; va en contra de la equidad, la igualdad y la inclusividad que se le presupone a la educación obligatoria», denuncia Aranda.

Y esos «agravios» también llegan hasta el profesorado. «La implantación masiva del bilingüismo obliga a encontrar docentes preparados donde no los hay, está vaciando las materias de contenido, expulsando materias de los horarios y creando categorías dentro del profesorado», añade PIDE. Este sindicato está realizando un cuestionario a través de su web para conocer la opinión de los docentes respecto a este sistema. Quiere retomar el debate, que no es nuevo, antes de que la Consejería de Educación comience a crear plazas de docentes bilingües en las plantillas orgánicas de los centros, porque hasta ahora no existen. «Tenemos evidencias de que el modelo actual del bilingüismo no funciona, no ha demostrado ninguna eficacia, más bien al contrario. Es necesario otro sistema», precisa.

APRENDIZAJE / Además de la segregación, tampoco consideran que el modelo de las secciones bilingües sea todo lo eficaz que se le presupone para aprender un idioma ni para las materias que se imparten en otra lengua. Desde el sindicato CSIF señalan que impartir asignaturas como Ciencias Naturales o Tecnología en una lengua extranjera «no favorece el aprendizaje de esas materia y no forma alumnos bilingües». «Ni aprenden el idioma ni la asginatura, solo vocabulario», cuenta la madre de un alumno de la ESO. «Tenemos un modelo de bilingüismo low cost que en muchos casos si funciona es gracias al esfuerzo de los docentes y de los alumnos, que tienen posibilidades externas de formación», insiste Barrado. Este sindicato ya realizó una encuesta en el 2015 para conocer el grado de satisfacción del profesorado con este programa y el 55% le puso un 3,6 de nota.

Ambos sindicatos consideran que para llegar a conseguir un nivel suficiente de una lengua extranjera en un aula hay que reforzar las clases del idioma, fomentar la comunicación verbal, con más desdobles en las aulas, más actividades de inmersión lingüística y más especialistas, entre otras.

Y este es otro caballo de batalla. «La creación de secciones bilingües depende de la voluntariedad de los docentes, algo inaudito en cualquier sistema educativo», señala Antonio Vera del sindicato ANPE, que también critica el modelo actual: «dista mucho de lo que significa una enseñanza bilingüe». Precisamente para evitar esta arbitrariedad, ANPE solicita la creación en las plantillas de docentes bilingües, «aumentando el número de docentes y no reconvirtiendo en bilingües a los que ya están», precisa.

El profesorado es una pieza fundamental del sistema también para CCOO. «Es necesario llevar a cabo un plan integral de la enseñanza de idiomas en Extremadura, donde tenga una especial presencia la formación del profesorado, porque a lo mejor no están bien formados para lograr buenos resultados, y contar también con la implicación de la universidad para potenciar profesionales de enseñanza bilingüe (este curso saldrá la primera promoción del grado de Educación Primaria Bilingüe). Estamos a tiempo de reconducir el modelo de bilingüismo que tenemos», señala Manuel García, docente de inglés y responsable del sindicato. «Se están haciendo cosas pero echamos en falta un proyecto más ambicioso y una regulación más completa e incluso a nivel nacional», sostiene.

Esa regulación estatal es una de las peticiones de la Asociación Enseñanza Bilingüe, que está llevando a cabo un estudio sobre la implantación del bilingüismo en todas las comunidades. En el caso de Extremadura, el presidente de este colectivo, Xavier Gisbert, es tajante: «el modelo implantado no funciona correctamente, es muy débil, tiene errores de base con los que es difícil lograr los resultados adecuados; es muy mejorable», sentencia.

A su juicio es necesario que todos los alumnos tengan las mismas oportunidades y también, desde el punto de vista metodológico, asegura que es mejor impartir el 100% de una materia en un idioma y no el 30% como ocurre en las secciones. Pero advierte, para eso hay que mejorar el nivel del idioma desde la base. «Los sindicatos tienen razón en sus críticas en el fondo, pero no en las formas, porque las recetas que algunos proponen como desdobles o más intercambios, son antiguas y ya se hacen», apunta. Sobre la preparación del profesorado es muy crítico: «con un B2 de inglés u otro idioma no es posible impartir una enseñanza bilingüe. Si el centro no está preparado mejor no ofertarlo», sentencia.

Por todo ello, Eva González, responsable de UGT, también apuesta por «repensar» el modelo y sacar conclusiones de los 13 años que ya lleva en marcha el bilingüismo en Extremadura porque «sigue siendo un programa destinado a los mejores alumnos y queremos que sea para todos». González, como el resto de sindicatos, considera que es necesario más formación para los docentes y que los idiomas entren en los centros escolares desde la etapa de Infantil -están más extendidos en Primaria y Secundaria-.

Sin embargo, desde Apevex señalan que hay estudios que evidencian que el mejor momento para iniciar el aprendizaje de una lengua extranjera es tras conocer bien la lengua propia, «pero hay unas expectativas creadas en la sociedad que ya no nos extraña ver a los niños desde bien pequeños en las academias», señala Morcillo.

En lo que no hay discrepancias entre los consultados es que el sistema debe mejorar, ofrecer las mismas oportunidades a todos los alumnos y pasar por una evaluación rigurosa. «Es necesario evaluarnos todos y no solo a los alumnos», destaca Joaquín León, de Freapa, que echa en falta que el bilingüismo pueda ser una decisión de los padres y no de los centros.

NUEVA NORMATIVA / Por su parte, desde la Consejería de Educación consideran que ya se está dando solución a muchas de las cuestiones planteadas por docentes y sindicatos con la nueva orden que regula las secciones bilingües aprobada la pasada primavera y que contempla la realización, por primera vez, de una evaluación del programa para su mejora. Será interna, con una autoevaluación de cada centro, y también externa, que está por definir.

No obstante, desde la administración rechazan que el modelo de secciones bilingües sea segregador, una de las principales críticas. «La nueva orden establece que los centros no deben conformar grupos puros con alumnado bilingüe que supongan una segregación. El alumnado deberá cursar las asignaturas no bilingües con sus grupos de referencia».

Además, desde Educación señalan que la nueva legislación, con la que se supera el carácter experimental «para establecer un marco permanente que homologa y asegura la calidad», amplía las secciones a Infantil y Bachillerato y determina la habilitación del profesorado: además del nivel B2 deben recibir una formación metodológica (los cursos de AICLE) para poder ser docentes de secciones bilingües y en solo un año han pasado de 91 a 474 los docentes en estas actividades -actualmente hay unos 2.000 profesores acreditados para la formación bilingüe-. Además, «en los últimos cuatro años se han realizado una media anual de 2.299 actividades formativas de idiomas cada año, en las que se han formado 15.205 docentes cada curso».

Aún así, la consejería recuerda que el modelo de bilingüismo implantado en Extremadura no se reduce a las secciones bilingües: también existen nueve centros bilingües y la implantación de una segunda lengua extranjera en Primaria y Secundaria y hasta una tercera en el último caso.

«Pero seamos sinceros, ¿estamos haciendo lo suficiente?».