Tras la captura del derrocado dictador iraquí, Sadam Husein, la red terrorista Al Qaeda ha multiplicado su campaña propagandística contra Estados Unidos, y ayer saltó de nuevo a la palestra el mismísimo líder de la organización, Osama bin Laden. En una cinta de audio emitida por la cadena de televisión Al Arabiya de Dubai, el hombre más buscado del mundo afirma que la guerra de Irak "es una nueva cruzada contra el mundo islámico; una guerra crucial para toda la nación del islam".

El instigador de los atentados del 11-S también clama contra los que "en Irak, como antes en Palestina, Egipto, Jordania y Yemen, llaman a una solución democrática pacífica con los gobiernos apóstatas" (Occidente) y advierte de "la gravedad de este camino humillante, errado, que contradice la ley de Alá... Aquellos que han ingresado en la asamblea de la idolatría" (las asambleas legislativas) "han desgarrado el islam".

El mensaje, cuya fecha de grabación se desconoce, amenaza a los dirigentes árabes que participan en instituciones democráticas, a las que Bin Laden equipara con "la era de la ignorancia" (los tiempos anteriores a Mahoma), y proclama: "Cualquier Gobierno formado por América es un Gobierno de agentes enemigos y traidores". El líder de Al Qaeda cita a Hamid Karzai, presidente de Afganistán, y al exprimer ministro palestino Abú Mazen.

Entretanto, la violencia continúa reinando en Irak. En la madrugada de ayer, tropas norteamericanas mataron a tres policías iraquís e hirieron gravemente a otros dos que vigilaban un control de carretera, al confundirlos con guerrilleros y abrir fuego.