En contra de los deseos de EEUU, el jefe de los inspectores de desarme de la ONU, Hans Blix, presentó ayer al Consejo de Seguridad un informe ecléctico sobre los progresos hechos en el desarme de Irak, pues afirmó no haber hallado pruebas de que Sadam Husein posea armas de destrucción masiva, pero tampoco descartó que existan, y acusó a Bagdad de poseer misiles cuyo alcance excede el límite fijado por las Naciones Unidas.

En su esperada comparecencia ante el Consejo, el diplomático sueco puso incluso en duda algunas de las afirmaciones que hizo el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, el pasado 5 de febrero, cuando presentó ante la ONU las pruebas de Washington contra Irak. En concreto, Blix rechazó ayer que dos fotografías de satélite de un centro iraquí constituyan una prueba concluyente de que el régimen de Sadam estuviese sacando de ese lugar las armas prohibidas para escamotearlas a los inspectores.

"El supuesto movimiento de municiones podría haber sido fácilmente tanto una actividad rutinaria como un movimiento de municiones prohibidas, antes de una inspección inminente", explicó el diplomático.

Además, Blix aseguró no tener pruebas de que los iraquís estuvieran anticipadamente al tanto de la llegada de los inspectores a sitios concretos, como denunció también el secretario de Estado. Aunque agradeció las informaciones de inteligencia, el diplomático subrayó que sus informes "deben basarse sólo en pruebas que los inspectores puedan ver y presentar públicamente".

11 SEMANAS DE INSPECCIONES

Dando unas de cal y otras de arena, Blix advirtió al Consejo de que "numerosas armas prohibidas no han sido encontradas". Si existen, continuó, "deben ser presentadas (por Irak) para su destrucción, y si no existen, deben presentar pruebas concluyentes sobre ello". En las 11 semanas de inspecciones, se han hallado únicamente "un pequeño número de ojivas vacías", explicó.

Blix no pidió abiertamente más tiempo para seguir con las inspecciones, pero ante los progresos realizados, se inclinó por continuarlas y condicionó el tiempo que aún requieren al objetivo que se persiga, bien sea el desarme o la vigilancia.

En el segundo caso, Blix consideró que se trata de una tarea cuya duración depende única y exclusivamente del Consejo de Seguridad, pero en el primero aseguró que "podría ser corto, si se produjese una cooperación incondicional de Irak", afirmación de la cual se sirvieron después los embajadores de EEUU y España para demostrar que tal cooperación no existe y, que, por lo tanto, Sadam debe ser castigado.

Por su parte, el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Mohamed el Baradei, explicó al Consejo que "no hemos encontrado pruebas" de actividades nucleares ilegales en Irak. No obstante, también explicó que "un número de temas siguen bajo investigación".