Antonio, Concha y Paula, padres y hermana de David Martín Díaz, dieron su último adiós al joven extremeño de 21 años, víctima mortal del descarrilamiento del tren en Santiago. Una despedida que tuvo lugar en Bohonal de Ibor, un pequeño pueblo la provincia de Cáceres, de donde era natural el chico y que se convirtió en un escenario cargado de una profunda tristeza entremezclada de un dolor difícil de mitigar.

Minutos antes de la siete de la tarde, llegaba el vehículo que traladaba los restos mortales de David desde el tanatorio del Campo Arañuelo de Navalmoral de la Mata hasta la iglesia de Bohonal de Ibor, un doloroso camino de 16 kilómetros, hasta el pueblo que hace 21 años veía crecer a David. "Un chico muy bueno y muy estudioso", coincidían en señalar los vecinos de Bohonal, mientras que otros manifestaban que él y su novia, Laura Naveiras Ferreiro, también fallecida en el tren siniestrado, "eran buenos estudiantes pero mejores personas".