Los retrasos acumulados en la tramitación de la refinería de petróleos en Tierra de Barros han provocado que el Gobierno extremeño haya levantado la voz contra el Ministerio de Medio Ambiente, encargado de dar vía libre a un proyecto que se anunció a finales del 2004, y sobre el que Portugal ha solicitado una reformulación para evitar daños en la cuenca del Guadiana.