Uno de los fenómenos que ha marcado y marca el mercado laboral en España es el conocido como dualidad. Es decir, históricamente se ha dividido entre aquellos que concentran puestos indefinidos y mejores sueldos y otros más expuestos a los duros vaivenes de la economía. Estos últimos son los que tienen contratos temporales, a tiempo parcial y salarios más bajos. Y las mujeres han frecuentado históricamente ese segundo grupo. Extremadura no escapa a esta realidad: en la comunidad prácticamente el 70% de los trabajos precarios están en manos femeninas. Limpieza y hostelería son los sectores más comunes. A continuación, un análisis punto a punto de qué alimenta esa brecha histórica.

1Persisten los altos niveles de paro

Pese a que España encadena desde enero del 2014 una creación de empleo de manera ininterrumpida, en términos interanuales continúa como el segundo país de la Unión Europea con una tasa de paro más elevada, solo superada por Grecia. En agosto, últimos datos comparables a nivel europeo, el desempleo nacional (13,8%) superaba por más del doble la media de la UE (6,2%). Y es una lacra que afecta con mayor intensidad a las mujeres; representando estas a seis de cada diez parados.

2Inactivas para poder cuidar

En España, una de cada tres personas inactivas entre 20 y 64 años no están trabajando o buscando trabajo debido a que deben quedarse en casa para cuidar a personas dependientes, según recoge Eurostat. Un porcentaje 8,3 puntos por encima de la media europea (21,4%) y, en este sentido, España es el cuarto país con mayor porcentaje de población inactiva por responsabilidades familiares.

3Parcialidad y temporalidad

Si los contratos indefinidos y a tiempo completo suelen ser sinónimo de (mayor) calidad en el empleo, la parcialidad y los contratos temporales acostumbran a representar lo opuesto. Y es entre las mujeres donde más abundan. Según los últimos datos ofrecidos por la EPA, las mujeres trabajaron dos de cada tres horas de jornadas a tiempo parcial. La brecha de género en cuanto a eventualidad es menor, pero también existe. Mientras el 25,5% de hombres asalariados tienen un contrato temporal, dicho porcentaje se eleva hasta el 27,3% en el caso del sector femenino.

4Ellas cobran los salarios más bajos

La brecha salarial entre hombres y mujeres ha seguido durante los últimos años una tendencia descendente. En el 2017, últimos datos disponibles de la Encuesta de Estructural Salarial del INE, esta cerró en el 22% de diferencia, en detrimento de ellas. No obstante, no solo cobran menos de media que los hombres, sino que también copan los puestos con peores sueldos. Según esos mismos datos, el 64% de los asalariados con ganancias bajas fueron, efectivamente, mujeres.

5Techo y paredes de cristal

Las directivas de las empresas españolas todavía tienen una cuota inferior a la de sus compañeros masculinos y se encuentran más barreras en el camino. Así, entre el 2017 y el 2018, el número de directivas que perciben barreras de género aumentó, sobre todo en lo relativo a la conciliación (del 27% al 46%), desigualdad salarial (del 33% al 40%) y reconocimiento (del 26% al 34%), según el último ESADE Gender Monitor. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) no solo detecta que las mujeres ascienden menos, sino que están encasilladas en ciertas áreas. Mientras el 51,8% de las directivas están en el área de recursos humanos, el porcentaje más alto, solo el 16,6%, se ubican en contabilidad, la división con menor presencia femenina.